Diario de León
Publicado por
CONSUELO SÁNCHEZ-VICENTE
León

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LA VERDAD sobre ETA es la que ha dicho Victoria, la viuda del guardia civil asesinado Juan Manuel Piñuel: esta «basura» no representa al pueblo vasco. Que tras la vergonzosa moción del Parlamento Vasco acusando al gobierno de «amparar» las «torturas» de la Guardia Civil contra los etarras, el ministro del Interior Rubalcaba se haya visto en la necesidad de recordarle a su colega vasco Balza que denunciar torturas forma parte fundamental de las instrucciones que recibe la «basura» detenida de la «basura» dirigente de ETA, resulta insólito. Como el consejero de interior vasco no puede ignorar, la policía española que más denuncias de torturas recibe de la «basura» etarra no es la Guardia Civil sino la Ertzaintza. Pero, después de que el ministro del Interior tachase de «grave» que el Gobierno vasco dé por bueno en esa moción que el Gobierno español «ampara» las torturas de la Guardia Civil a los etarras detenidos, ¿qué es lo que ha dicho Balza? Que la resolución «merece todo el respeto» porque está aprobada por «la mayoría» de la Cámara vasca y es la expresión de lo que piensa la mayoría de esta sociedad», que «sí cree que el Gobierno ampara las torturas» a los etarras. Hay que tener hielo en la venas y el alma de cemento para hacer y decir algo así horas después de un atentado como el de Legutiano. El simple respeto a la memoria del guardia asesinado por ETA en Legutiano debería bastar para que el gobierno y el parlamento legítimos vascos se aguantasen por unos días las ganas de buscar en el «pueblo vasco» la justificación de algo tan injustificable como avalar con sus votos las falsas denuncias de torturas de ETA. Porque eso es lo que hace esta moción. Por vergüenza, caramba. Pero es que, esta vez, además, la intención de la banda, como todos sabemos, era provocar otra matanza de mujeres y niños, como en Vic, como en Zaragoza. Para eso se pone una bomba en una casa cuartel de la Guardia Civil, señor Balza. ¿O no? Ya ni guardan las formas. Cada vez más obscenos, los «recogedores de nueces» del PNV ya ni observan el luto debido a las víctimas para seguir llenando el zurrón cada vez que un nuevo crimen de ETA mueve el árbol. Tras la cáscara vacía de las palabras de condena, el PNV siempre le lanza a la bestia su asquerosa ración de equidistancia hacia las víctimas. A esta indecencia, Ibarretxe le llama «solución al conflicto».

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