Cultura de vino, cuevas y bodegas

Llaman la atención poderosamente a nuestros vecinos, peregrinos y visitantes. Bajo esas ondulaciones del terreno que respiran por medio de ventanos y zarceras se esconden mojados mundos de hollejos, tragos, cubas, meriendas, toneles y trasiegos en estrechos túneles horadados a pico en la tierra arcillosa. Son las típicas bodegas subterráneas leonesas, las cuevas , y a ellas y a sus hermanas bercianas va dedicada la novena entrega de la Biblioteca Leonesa de Tradiciones que ofrece mañana el Diario de León al precio de 1,80 euros. Se trata de Las bodegas , de Santiago Díez Anta, un volumen que describe, analiza, recuenta y valora la cultura del vino y su histórica presencia en tierras leonesas desde el gran impulso que le dieron los romanos hace dos mil años. El libro incluye, además de numerosas fotografías, varios grabados e ilustraciones que desvelan la intrincada estructura y el laborioso proceso de creación de una bodega, así como datos actualizados sobre la extensión de nuestro viñedo y la producción vitivinícola leonesa. Rafael Blanco Fernández es el autor del apéndice De viejas cuevas a nuevas bodegas , un estudio de la conversión de los antiguos barcillares en las modernas denominaciones de origen Bierzo y Tierra de León y su papel dinamizador del medio rural y la maltrecha economía de esta tierra. «La necesidad de guardar y preservar el codiciado caldo obligó a nuestros antepasados a diseñar las edificaciones y utillaje que aseguraran su conservación. Cada zona y comarca fue modificando los factores que influían en la crianza y maduración de los vinos, con especial dedicación e ingenio en lo que atañe a las bodegas», escribía el doctor ingeniero agrónomo Santiago Díez Anta (Cerecinos, 1930-León, 1996). Jefe provincial que fue del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario entre 1966 y 1979, su vida estuvo ligada al desarrollo de los regadíos leoneses.