Diario de León

El cambio de uso del suelo en el Mediterráneo provoca las inundaciones europeas

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M. A. Pérez - león
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Según ha explicado Millán Millán, director ejecutivo del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, la pérdida de tormentas de verano en los últimos años en la cuenca del Mediterráneo, cuyo origen es el cambio del uso del suelo, ha provocado un aumento de las temperaturas y de la contaminación atmosférica, así como un mayor número de inundaciones en los meses estivales en Centroeuropa. Asegura, además, que el vapor de agua que no se ha precipitado se desplaza a los países del centro de Europa y alimenta las inundaciones de verano, y que, en la actualidad, los cambios de uso del suelo intervienen más en el cambio climático que los gases del efecto invernadero. Millán ha apuntado a Efe que la Comisión Europea inició una investigación en 1993 para explicar la desaparición gradual de las tormentas veraniegas en la cuenca mediterránea, con resultados poco halagüeños. En este sentido, indicó que el sellado de suelo de cultivo genera, además de la falta de absorción del agua de lluvia, que no se añada el vapor de aire necesario para desencadenar la tormenta de verano. En la costa mediterránea se evaporan unos 14 gramos de agua de mar por metro cúbico de aire, pero en su recorrido al interior necesita entre seis y diez gramos más de agua para que tenga lugar la tormenta. Al no producirse la precipitación, el vapor regresa a la costa con contaminantes atmosféricos y ozono troposférico, 47 y 200 veces, respectivamente, más eficientes que el dióxido de carbono, asegura. El vapor permanece varios días sobre el mar antes de desplazarse a los países del centro y del este de Europa y es el origen de un aumento de las temperaturas en la cuenca mediterránea, que ha pasado de registrar 27 grados centígrados a finales de agosto a los cerca de 35 de los últimos años en las mismas fechas. La ausencia de precipitaciones en la costa provoca también un aumento de la salinidad del Mediterráneo, lo que perturba el paso de sistemas frontales afectando a Portugal y a la cornisa cantábrica. Hay que alertar a Europa de que la cuenca mediterránea es una zona crítica que refleja los cambios climáticos antes que otros lugares y donde pequeñas perturbaciones repercuten en todo el continente, asegura el experto, quien añadió que la Comisión Europea ha invertido más de 280 millones de euros en el sexto y el séptimo programa marco de investigación sobre estas cuestiones.

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