Cerrar

Cosas de aquí | Componedores y saludadores

De cómo curar los «andancios»

Los investigadores Javier Rúa y Manuel Emilio Rubio son los autores de «La medicina popular», el libro de la Biblioteca Leonesa de Tradiciones que ofrece mañana el Diario

Publicado por
E. Gancedo - león
León

Creado:

Actualizado:

Tierra de componedores de huesos, de curanderos y de saludadores, en cada pueblo de León había siempre un paisano curioso que sabía aplicar la cataplasma para las frecuentes contusiones, que conocía el secreto de las plantas medicinales que curaban fiebres, catarros y muchos otros andancios (enfermedad, en leonés) o que ponían los huesos en su lugar natural. Todos estos saberes -muy útiles- están descritos con gran detalle en el libro La medicina popular , de los investigadores Francisco Javier Rúa Aller y Manuel Emilio Rubio Gago, que mañana sábado entrega el Diario dentro de su monumental Biblioteca Leonesa de Tradiciones al precio simbólico de 1,80 euros. El erudito Policarpo Mingote definía el estado de salud de nuestra gente, a finales del siglo XIX, de la siguiente manera: «Predomina entre los leoneses el temperamento linfático combinado con el nerviosismo y aun el sanguíneo en ciertas regiones, siendo más comúnmente sentidas las enfermedades catarrales y reumáticas». No obstante, ya advertía el célebre Diccionario de Madoz que el clima leonés «es frío pero sano». Además de las propiedades de muchas plantas curativas, este interesantísimo libro ofrece abundante información sobre creencias populares relacionadas con la salud y las curaciones, amén de una gran cantidad de voces populares leonesas que indican, con gran precisión, los males más padecidos: desde añusgarse (atragantarse) hasta afogarse (ahogarse) pasando por esturarse (quemarse); ortigarse ; darse un jostrazo ; sufrir una llombada ; estar loco, lloucu o allunao ; tollir (dejar a uno tullido o impedido); turriar o encornar (un animal a una persona); sentir un paralís o tener cabras (por acercarse mucho al fuego), diviesos , o un simple romaízo (catarro). Y como somos leoneses, no nos hacemos daño, sólamente nos mancamos .