Un centenar de personas intervienen en su extinción
Las jornadas se cerraron con un simulacro de extinción de un incendio que amenazaba los pinares de la Sierra de Francia, y que contó con un despliegue en el que participaron medios terrestres y aéreos de todas las administraciones. Tras recibirse la señal de alarma el primero en llegar en despacho automático es un helicóptero con una patrulla helitransportada que toma tierra para atacar el fuego. Mientras tanto, la aeronave se dirige al punto más próximo para tomar agua e iniciar las descargas. Alertado el Centro Provincial de Mando de la aparición de focos secundarios, se declara el nivel 1 de Infocal y empiezan a llegar cuadrillas terrestres, autobombas, buldózer y vehículos todo terreno. Se avisa a la Guardia Civil, al 112 y a los bomberos de la Diputación de Salamanca que acuden con una cisterna nodriza. El jefe de extinción se ve obligado a incorporar otros dos helicópteros de las bases cercanas y pedir apoyo al Ministerio de Medio Ambiente que desde Matacán envía un hidroavión con capacidad para más de 5.000 litros de agua. Tras descargar tiene que desplazarse al embalse de Santa Teresa para volver a coger agua. Siguen los tres helicópteros mientras la pala del buldózer actúa directamente sobre la línea de fuego echando tierra sobre las llamas y abriendo franjas o líneas de defensa. Cuando se considera concluido el incendio, el jefe de extinción ordena la retirada de todos los medios. Tan sólo quedan las cuadrillas forestales rematando las últimas llamas y realizando trabajos silvícolas para evitar que se propague. En total, han sido más de un centenar las personas que han intervenido. Era un simulacro, pero se han seguido los mismos protocolos que en un siniestro real. Están preparados para afrontar un año más una campaña que en los meses estivales es de máximo riesgo.