Organismos hartos de tóxicos
El Síndrome Químico Múltiple, que afecta a miles de españoles, cuenta con un primer obstáculo, que es su diagnóstico, motivado por la disparidad de síntomas y agentes causantes
Viven alejados de perfumes, pinturas o artículos de limpieza, ingieren alimentos ecológicos y los purificadores de aire son casi el único mobiliario de sus hogares. El caso de Elvira Roda, ingresada en un hospital de Dallas, ha destapado el Síndrome Químico Múltiple, una dolencia que afecta a miles de españoles. La presidenta de la Fundación Alborada, Pilar Muñoz Calero, médico y afectada por esta enfermedad no reconocida por la Organización Mundial de la Salud, la define como «una reacción del organismo que, harto de tóxicos, estalla en hipersensibilidad y busca desaforadamente el ambiente adecuado». Muñoz Calero, como otros muchos afectados por este síndrome, tiene una sensibilidad especial a las ondas electromagnéticas de los móviles, por lo que habla con Efe a través de otra persona que, a una distancia determinada, le traslada las preguntas. Así, se refiere al II Congreso de Medicina Ambiental celebrado en Brunete (Madrid), que ha reunido en la sede de la Fundación a especialistas internacionales en Síndrome Químico Múltiple (SQM) con abogados, afectados, bioquímicos, físicos o biólogos para compartir experiencias. Una ayuda que comienza con un primer escollo: el diagnóstico de la enfermedad. «Los médicos de familia no están preparados en su gran mayoría para reconocer esta patología, por lo que los tratamientos o son deficitarios o no existen», explica Muñoz Calero, que informa de la creación de un postgrado para formar médicos y de una consulta para afectados a partir de septiembre en la Fundación. «Todavía son mayoría los médicos -dice- que por desconocimiento de los efectos de los tóxicos ambientales o sobre el organismo recetan tranquilizantes o antidepresivos a sus pacientes, o les envían directamente al psiquiatra». Apenas una decena de médicos y sólo un Hospital de referencia en España, el Clinic de Barcelona, son especialistas en detectar y tratar el SQM. Disparidad de síntomas Uno de ellos, Julián Márquez, que ha visitado a 300 pacientes tanto en la medicina pública en el Hospital de Bellvitge (Barcelona), como ahora en la privada, cree que se trata de una «enfermedad muy discutida». «En el propio hospital había compañeros que creían que algunos de los enfermos nos mentían, que nos estaban engañando. Para estar seguro del diagnóstico la historia clínica es fundamental, y eso lleva tiempo», agrega. La disparidad de síntomas y de agentes causantes de esa hipersensibilidad a los productos químicos está en el fondo de la dificultad para el diagnóstico de una enfermedad que, según la Academia de Medicina Ambiental Europea, afecta del 4% al 9% de la población europea, la misma prevalencia que la diabetes. En España no se dispone de estudios epidemiológicos sobre este mal, pero sí de estimaciones realizadas por médicos especialistas como J. Fernández Solá y S. Nogué, del Hospital Clinic de Barcelona, que creen que un 0,75% de la población española, es decir 300.000 personas, presentan procesos patológicos derivados de su exposición a estímulos físicos y medioambientales. «Es la exposición al producto químico lo que les provoca la enfermedad, que además es crónica -no conozco ningún caso que se cure-, y en la que pueden remitir los síntomas y nada más», explica Julián Márquez. Puede afectar a varios órganos o sistemas como el nervioso central y periférico, aparato digestivo, respiratorio, o provocar trastornos hormonales, entre otros.