Tendidos, pesticidas, destrucción de nidos y cuerdas
En Castilla y León se ha producido un repunte espectacular de ejemplares pasando de 7.945 parejas reproductoras según el censo de la Consejería de Medio Ambiente en 1999, a 11.723 del realizado en 2004. Por provincias, la lista está encabezada por León (2.799) y Salamanca (2.627), que son también las que han tenido un mayor crecimiento desde 1994 cuando la SEO había censado 1.478 y 1.373 parejas, respectivamente. Les siguen, Segovia (1.593), Zamora (1.581), Ávila (1.261) y Palencia (855), cerrando la lista, Burgos (383), Valladolid (363) y Soria (261). Las unidades territoriales con mayor número de nidos se encuentran en Tierra de Segovia, el campo salmantino de Vitigudino y El Bierzo. A pesar de estas optimistas cifras, son muchos los ejemplares que mueren cada año. La electrocución y colisión contra los tendidos eléctricos, el uso de pesticidas en la agricultura o la destrucción de nidos al retejar edificios e iglesias siguen siendo las principales amenazas de esta popular especie. Por otra parte, su interés por los vertederos les hace confundir las gomas o trozos de cuerda con gusanos que acaban con muchos polluelos enredados o asfixiados al tratar de ingerirlos. Lo mismo sucede con las cuerdas abandonadas en el campo, utilizadas para atar las balas de paja y forraje, que son recogidas para la construcción del nido y se enredan en las patas, pico, alas o cuello de los pollos. Al ser muy resistentes, son incapaces de deshacerse de ellas llegando a estrangular la zona afectada produciendo deformaciones, amputaciones e incluso la muerte. Se calcula que en España perecen anualmente por esta causa alrededor del 30% de los cigoñinos.