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Su utilización evitaría la emisión anual de 5 millones de toneladas de dióxido de carbono

España desaprovecha cada año más de 35 millones de toneladas de biomasa

La biomasa disminuye nuestra dependencia energética exterior y crea empleo

Los restos forestales pueden aprovecharse para producir energía

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T. Fernández - león
León

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La jornada «La Biomasa en España», organizada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), en colaboración con la Agencia Valenciana de la Energía, reunido en Valencia a más de 400 expertos que analizaron aspectos relacionados con su situación actual y tendencias de futuro como el aprovechamiento, la transformación, los mercados y la política asociadas al sector. Enrique Jiménez, director general de IDAE, recordó «el papel esencial que juega la biomasa en el sector de las renovables, suponiendo la mitad del consumo de energía primaria proveniente de ese sector». Destacó, además, las ventajas de su uso ya que, «aparte de sumar energía limpia a nuestro abastecimiento y disminuir nuestra dependencia energética del exterior, contribuye a mantener y diversificar el sector agrícola y crear empleo». José Miguel Montoya, de la ETS de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, aseguró que «en la actualidad, hay 35 millones de toneladas de materia seca procedente de los montes que, de aprovecharse, evitarían el uso de 15,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo y una reducción de 5 millones de toneladas de CO 2 al año». Indicó, además, que la leña y el carbón vegetal se han convertido en los grandes marginados porque se ha puesto demasiada atención en la biomasa agrícola. Juan Fernández, de la ETS de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid, señaló que, «más de 3 millones de tierras de secano están esperando a que se pongan en cultivo». Fernando Molina, presidente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), incidió en el casi nulo aprovechamiento energético de la biomasa, en especial la forestal primaria (restos de podas, cortas, desbroces, leñas), recordando que, según un informe de COSE, sólo la materia prima procedente de algunos bosques gallegos (pinos de repoblación y eucaliptos) podría abastecer una planta termoeléctrica de 85 megavatios, «y sin embargo, no existe ninguna que la aproveche, lo que hace cada vez más necesario un plan de acción para la biomasa». Medidas de impulso El Ministerio de Industria, a través de IDAE, ha puesto en marcha una serie de medidas de impulso a la biomasa como la modificación de la retribución eléctrica de los proyectos de biomasa y biogás, la incorporación de la co-combustión y el desarrollo de una normativa específica para el uso térmico de este recurso. La especificidad de los proyectos de biogás también ha permitido mejorar su futuro y capacidad de desarrollo incorporando el concepto de codigestión. El uso de codigestión, que supone poder utilizar distintos sustratos en una misma instalación de digestión anaerobia permite, por ejemplo, el empleo de residuos de purines de cerdo para producción de energía, solucionando los graves problemas derivados de estos efluentes. Además, al abrir la posibilidad de realizar plantas de co-combustión en las centrales térmicas, las expectativas de desarrollo de este mercado al aparecer grandes consumidores estables de biomasa se han multiplicado. Estas plantas permiten incorporar biomasa dentro de una térmica de carbón, lo que puede reducir su consumo al ser sustituido por biomasa. Por último, se ha dado un gran paso en el sector doméstico y edificios al introducir una normativa específica para las instalaciones de biomasa que permite su uso de forma efectiva en el mercado de la climatización dominado por los combustibles convencionales.