La casa es el espejo del alma

Como durante mucho tiempo se pensó en León que todo lo del pueblo era bajo o paleto, y la ciudad se asimilaba a lo bueno y lo elevado, se llegaron a destruir valiosísimas joyas etnográficas, testigo del ingenio y la cultura de nuestros mayores, se derribaron hórreos, molinos, casonas y palomares, se cegaron corredores, se dejaron caer las casas de techo ; y en su lugar se elevan horrendos chalés o casas de pisos de apariencia urbana que rompen completamente la centenaria fisonomía rural. Luego hemos visto cómo en regiones cercanas (Cantabria, Asturias, Galicia) y no digamos ya en Centroeuropa, el hecho de respetar, rehabilitar y embellecer la arquitectura autóctona no produce más que consecuencias positivas, mejor calidad de vida y sano orgullo por lo propio. Con la esperanza de que aquí no lleguemos a entenderlo demasiado tarde -pese a la gran cantidad de destrozos cometidos-, mañana llega a manos de los lectores del Diario de León el primer tomo de Arquitectura tradicional , de José Luis García Grinda, que hace el libro número trece de los 25 que componen la gran Biblioteca Leonesa de Tradiciones. Como todos los sábados, la obra puede adquirirse al precio simbólico de 1,80 euros junto con el periódico. En este primer tomo, García Grinda explica las características de las casas típicas de Picos de Europa, de toda la montaña leonesa -qué lástima las preciosas y señoriales casonas de Riaño, tragadas por el embalse-, de Cabrera, Maragatos y el área de Astorga. En el segundo tomo, las protagonistas serán las casas bercianas y las de las tierras llanas y riberas. Catedrático de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, la labor profesional de José Luis García Grinda se ha dirigido al estudio de los centros históricos y a la restauración del patrimonio histórico y rural, por lo que ha sido distinguido con el Premio Europa Nostra.