Cerrar

Vuelve la guillotina sonriente

Al exministro de Justicia de Hamburgo, Roger Kusch, además de convertirse en el primer alemán que ayuda a morir a una anciana ya se le conoce como el «doctor de la muerte» En Bélgica no para la dem

Publicado por
Enrique Müller - berlín
León

Creado:

Actualizado:

Roger Kusch tiene 53 años, es abogado y a lo largo de su carrera ha ejercido como juez, fiscal, asesor para temas jurídicos del canciller Helmut Kohl y durante seis años fue ministro de Justicia en la ciudad estado de Hamburgo. Pero Kusch, conocido en Hamburgo como «la gillotina sonriente» se olvidó el sábado de las leyes y de su pasado como jurista y ministro y se convirtió en el primer alemán en ayudar a una anciana de 79 años a morir. El primer caso de suicidio asistido en Alemania fue conocido por la prensa el pasado domingo pasado mediante un breve comunicado distribuido por un ayudante de Kusch, peroel ex ministro, que ya fue bautizado por el periódico Bild como el «doctor de la muerte», confirmó en Hamburgo que había estado presente mientras la anciana ingería dos medicamentos que le causaron la muerte. En un intento para evadir la acción de la justicia y también para justificar la existencia de su propia Asociación de suicido asistido creada recientemente, Kusch presentó a la prensa un vídeo donde la anciana, que no sufría una enfermedad terminal, relata su deseo de morir para evitar pasar los últimos días de su vida en un asilo de ancianos. Aunque el suicidio asistido está prohibido por las leyes alemanes, Kusch anunció que seguirá ofreciendo ayuda a todas las personas que deseen poner fin a sus días de forma voluntaria, pero no quiso ofrecer detalles sobre los criterios que tendrá en cuenta para elegir a sus futuros clientes. El abogado contó que había desistido de ayudar a una joven de 20 años que deseaba suicidarse por «penas de amor» y afirmó que las razones que esgrimió la anciana de 79 años para suicidarse le habían parecido «plausibles». Ese criterio fue para mí decisivo a la hora de ayudar a la mujer«, dijo Kusch. Roger Kusch fue durante 34 años un activo militante de la CDU, el partido que preside la canciller Angela Merkel y la opinión pública de Hamburgo acaba de conocer su rostro cuando fue nombrado ministro de Justicia, por su amigo, el jefe del gobierno de la ciudad, Ole von Beust. Su nombre reapareció en la prensa de todo el país, cuando un ex miembro del gobierno de Hamburgo acusó a Kusch y von Beust de ser amantes. Ambos lograron sobrevivir a la crisis, pero Kusch se vio obligado a dejar el cargo en 2006, después de haber protagonizado varios escándalos y también por su dureza a la hora de castigar a los jóvenes delincuentes. Fue entonces cuando la prensa de Hamburgo lo bautizó como la «guillotina sonriente». Kusch reapareció en marzo pasado cuando presentó a la prensa la llamada »máquina suicida«, un aparato inventado por él y con la que pretendía revolucionar el polémico tema de la eutanasia. En menos de tres meses Kusch recibió 120 consultas de personas interesadas en el funcionamiento de su invento y una docena desea usarla para acabar con sus vidas. Para facilitar el trámite y también para ampliar su campo de acción, el jurista creo la Asociación »Dr. Roger Kusch Sterbehilfe«, donde los candidatos a morir voluntariamente tienen la posibilidad de hacerse socios previo pago de una cuota anual de 100 euros. Cuando Kush presentó a la prensa su invento, también se refirió a un tema que ahora lo puede llevar ante un juez. En aquella ocasión el jurista señaló que su decisión de ayudar a la gente a morir no estaba reñida con la justicia por una razón también legal: el suicidio no está penado por las leyes alemanes y, por lo tanto, la ayuda al suicidio tampoco viola el código penal germano. Pero ayer la fiscalía de Hamburgo anunció que abriría una investigación para determinar si el ex ministro de Justicia había violado las leyes. Las amenazas no parecen preocupar al abogado, que admitió que estaba dispuesto a presentarse ante un juez para defender su nueva profesión.

Cargando contenidos...