Diario de León

Greenpeace cifra en 67 los casos de corrupción urbanística en este año

Los cargos públicos implicados en estos escándalos son 180 de las 527 personas imputadas. España espera superar la cifra de 60 millones

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a.p. | madrid
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La degradación de la costa española no entiende de crisis. Si estos últimos años los desmanes se concretaban en edificios de viviendas, complejos residenciales y campos de golf al borde del mar que aún colean, el pinchazo del sector del ladrillo ha pasado el testigo a la construcción y ampliación de puertos industriales y deportivos por todo el litoral; 137 nuevas actuaciones denunciadas por Greenpeace como otras tantas agresiones a ecosistemas costeros valiosos. El informe 'Destrucción a toda costa 2008' de la organización ecologista señala a Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia y Canarias como las autonomías con peor historial, pero no son las únicas. En todas hay exceso de cemento, contaminación por vertidos y corrupción en mayor o menor medida. Un año más, y van ocho, la panorámica que dibuja Greenpeace deja poco lugar al optimismo. Buena parte de los 8.000 kilómetros de costa del país han sido engullidos por edificaciones, infraestructuras y basura. En 2.007, aún en pleno frenesí inmobiliario, se aprobó en España la construcción de más de tres millones de viviendas residenciales, el triple de la demanda real de segundas viviendas. En 2008 ha llegado el bajón y muchas de ellas no se han levantado pero aguardan una mejora del ciclo económico. Mientras, «el esfuerzo constructor se está volcando en la creación de nuevas infraestructuras, como 137 proyectos de puertos deportivos e industriales también en la costa», subrayó Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace. Casos de destrucción del litoral los hay para todos los gustos; de norte a sur, de este a oeste. El informe - www.greenpeace.es - analiza por comunidades los cien más sangrantes. El 'top ten' lo encabeza de nuevo el hotel de El Algarroico, en pleno parque natural Cabo de Gata-Níjar; un ejemplo de vulneración de la ley de costas y de la normativa de protección ambiental, y también de cómo cuesta cumplir las promesas electorales. El Algarrobico, sobre el que pesa orden de demolición parcial, «sigue en pie a pesar del compromiso de Manuel Chaves y del propio Zapatero», aseguró López de Uralde. Tras el hotel almeriense Greenpeace destaca como exponentes de degradación costera el proyecto del puerto de Tarifa, el polo químico de Huelva, el Delta del Ebro (Tarragona), Marina D'Or (Castellón), el 'manhattan' de Cullera (Valencia), el puerto exterior de Pasajes (Guipúzcoa), la Ría de Vigo, el puerto de Granadilla (Tenerife) y Marina Cope de Águilas (Murcia). Según la organización ecologista, la medalla de 'oro' a la peor gestión ambiental y urbanística de sus costas se la llevan ex aequo Andalucía, C. Valenciana, Murcia, Canarias y Ceuta y Melilla. Las dos ciudades autónomas «por el poco cariño» con el que tratan a su franja litoral y la falta de depuración de sus vertidos. Canarias es líder en procesos por corrupción urbanística, y las otras tres comunidades ofrecen un surtido variado de trapicheo, ilegalidades, vertidos y ampliación desaforada de amarres deportivos. Sólo en esta última se autorizó en 2007 la edificación de 800.000 viviendas en la costa, «más que en toda su historia», recalca Greenpeace. Cataluña tiene la mitad de su litoral urbanizado y proyecta 7.000 nuevos amarres, a pesar de que hay un puerto deportivo por cada 7 kilómetros de costa. En tercer lugar, las tres comunidades del Cantábrico, Euskadi, Cantabria y Asturias, con un grado de destrucción menor debido a una orografía difícil, pero donde las alarmas ya han saltado. «Están imitando el modelo más indeseable el mediterráneo», lleno de campos de gol, puertos deportivos y edificaciones en lugares protegidos. El informe alerta además del avance de la contaminación. La mitad de las aglomeraciones urbanas próximas al mar no depuran sus aguas. Los vertidos fecales se depositan a través de emisarios submarinos «que no son la respuesta al problema». Ejemplos de ello son Algeciras, La Manga, Palma de Mallorca, el estuario del Nervión las Rías gallegas y Ceuta y Melilla. Y el estuario de la Ría de Huelva es el paraje más contaminado con metales pesados del mundo. Por otra parte, en lo que va de 2008 han llegado a los tribunales 67 casos de corrupción urbanística, con 527 implicados, de los que 180 son cargos públicos. Greenpeace reclama a los poderes públicos el cumplimiento de la Ley de Costas, la aplicación de la estrategia de sostenibilidad de la costa diseñada por el anterior Ministerio de Medio Ambiente, aprovechar la crisis para poner fin al modelo del 'ladrillazo', tan dado a las corruptelas.

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