Diario de León

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HAY diferencias entre una línea de alta tensión que saja un paisaje marcando su grosero rastro montaña a través y un teleférico, aunque en ambos casos sea un desfile idéntico de torretas de esqueleto metálico lo que atiza un calambrazo escalofriante a la mirada y al sosiego antiguo que un día tuvieron sus parajes. Hay diferencias. Aquí, León mediante y envolvente, se consignan: ¿quién no se apuntó a oponerse al tendido eléctrico de Lada a Velilla?, ¿quién se privó de sacarle la viruta electoral que proporciona ese látigo tendido?, ¿quién no echará un lagrimón o un poemilla a sus paisajes rotos?, ¿quién la defendería arriesgándose al saeteo?... ¿y cuántos han objetado al pedazo teleférico que quieren montar en Vegacervera grapando a la espalda de la montaña un verdadero espanto de torres de hierro, cables mil y cangilones... porque sí, por mis cojones turísticos, porque me peta la inversión innecesaria?, ¿por qué no se han opuesto a este esparabán de faraón paleto, a este agresivo despilfarro de millones, los que clamaron contra el tendido eléctrico, aquel gran bulto de intelectuales y firmas de mil en mil, siendo como es idéntica circunstancia, idéntico crimen, si no mayor en grasería y nulo en utilidad pública?... Hay diferencias: la línea eléctrica se colará por privilegios naturales y montañas desguazadas lejos de los andares habituales de la gente, algo escondido, pero el hostión del teleférico, esa cordada de aceros y rebrillos, estrangulará el vistazo de todos los que tengan que transitar por ese alto Torío y ese Vegacervera que traiciona su condición de haber sido el «pueblo más guapo» de la provincia para ir conquistando el de más polideportivo, escollero, cementero y chorra. Y ahora, al Cristo de su montaña le van a poner dos pistolas que disparan votos. Pues bien, alguien se opone y he de celebrar su voz y sus argumentos sensatos. Ya no queda este lobo en solitario corneando al viento y ganándose a perpetuidad las iras de alcaldines suaves, logreros al salto y corifeos gañanones, junto a un socialismo provinciano y mudo que aquí es algo más que cómplice, no reparando en nada y aplaudiendo con las orejas. «Ecologistas en Acción» denuncia la barbaridad de ese teleférico. Le echó valentía. Mi enhorabuena. Pero ¿dónde están todos los demás, aquellos?...

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