Desarrollan un sensor que facilita la detección precoz del cáncer de próstata

Un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo ha diseñado un sensor que permite medir a partir de una sola gota de sangre y de forma simultánea, dos parámetros que desvelan si la glándula prostática sufre o no un proceso tumoral. Según ha indicado Agustín Costa, director del proyecto, se trata del primer dispositivo a nivel mundial construido con estas características, que enriquecerá el arsenal de herramientas que facilitan la detección precoz del cáncer de próstata, el tumor maligno más frecuente entre los varones en la UE. El nuevo sensor, integrado en una tarjeta de pequeño tamaño, mide la PSA, la proteína producida por las células epiteliales de la próstata, que aumenta cuando se produce un proceso tumoral, circunstancia que facilita su detección mediante un simple análisis. Costa indicó que es muy útil medir dos parámetros relativos a la PSA: uno indica la concentración de esta proteína de forma libre (autónoma), mientras que el otro mide la presencia de la PSA combinada con otras proteínas. La principal aportación del sensor radica en que es capaz de realizar ambas determinaciones a partir de una sola gota de sangre y de forma casi inmediata. El desarrollo del sensor se sitúa en el ámbito de la nanotecnología, ya que su fundamento es una superficie serigrafiada (la de la pequeña tarjeta) sobre la que se extienden nanopartículas de oro, con un diámetro medio de 70 nanómetros. Esta composición confiere a la superficie una elevada versatilidad y la capacita para someter a medida varios tipos de proteínas. El equipo de Costa ultima, además, un sensor destinado a la medición de ácido úrico a partir de orina, sangre y saliva. En vez de nanopartículas de oro, emplea nanotubos de carbono, que al presentar una afinidad inmediata con el ácido úrico no requieren de ninguna modificación adicional. Una tercera contribución consiste en un dispositivo que mide la concentración de plomo en sangre, parámetro muy útil para los reconocimientos médicos de quienes trabajan en sectores que implican contacto estrecho con plomo. Los biosensores desarrollados consisten en unas tarjetas de tres centímetros de largo por uno de ancho, cuya superficie va serigrafiada con carbono sobre el que se extienden partículas de oro o nanotubos de carbono, en función del compuesto que se analice.