Un nuevo catalizador permite transformar etanol en hidrógeno dentro del vehículo
Carrera contrarreloj: cada vez más cerca de lograr el coche de hidrógeno
La producción de CO 2 es inferior a la de un vehículo basado en combustibles fósiles
Un novedoso sistema puede ser la solución definitiva para la fabricación de coches impulsados por hidrógeno. Así se define un nuevo catalizador que transforma el etanol en hidrógeno, dentro del propio vehículo, algo que hasta el momento no parecía viable y que reduciría los costes de la transición de una infraestructura basada en el gasoil a otra fundamentada en el hidrógeno. El trabajo ha sido codirigido por Elías Molins, del Instituto de Ciencias de Materiales, en Barcelona, perteneciente al CSIC, y por Jorge Llorca, del Instituto de Técnicas Energéticas de la Universidad Politécnica de Cataluña. El catalizador se compone de una pieza de cerámica con el interior acanalado y recubierta con un aerogel, un material muy poroso y transparente, que contiene nanopartículas de cobalto que transforman el etanol en hidrógeno. La temperatura de funcionamiento del catalizador es de 310 grados, lo que permite que una mezcla de etanol y agua en forma de gas atraviese los canales de la pieza cerámica para salir de la misma en forma de hidrógeno y dióxido de carbono. La producción de este último es inferior a la de un coche de motor basado en combustibles fósiles. Hasta ahora, la energía de cada molécula de etanol corresponde a cinco moléculas de hidrógeno. Sin embargo, con el nuevo catalizador se obtienen seis moléculas de hidrógeno y dos de dióxido de carbono, dado que en la reacción se absorbe calor y el residual de la pila de combustible se aprovecha y aumenta aún más el rendimiento del sistema. Comparado con vehículos que consumen etanol, y según cálculos preliminares, el consumo podría reducirse en un 25%. Ventajas Los científicos aseguran que las características de esta innovación le confieren un gran potencial para el desarrollo de pilas de combustible de hidrógeno. Se trata de dispositivos electroquímicos de conversión de energía similares a los de una pila, con la salvedad de que no dejan de producir energía si se consumen los reactivos de su interior, ya que pueden restablecerlos. Resultan útiles como fuente de energía en lugares remotos como dispositivos generadores de electricidad y luz para viviendas u oficinas y para el desarrollo de vehículos propulsados con hidrógeno. Jorge Llorca ha afirmado que «la gran ventaja del catalizador es que no necesita tratamiento previo ni ser preservado del contacto con el aire o la humedad, con lo que no precisa de ninguna inducción ni acondicionamiento y puede ser reutilizado en ciclos de encendido/apagado de manera indefinida. Además, la temperatura a la que debe ser sometido para desarrollar el proceso es mucho más baja que la de otros catalizadores y la producción de hidrógeno se logra en dos segundos». En la actualidad, los investigadores ensayan el dispositivo con combustibles sintéticos obtenidos de residuos y estudian la posibilidad de implementar el desarrollo en aplicaciones reales que pueden llegar tanto del sector de la automoción y en la generación de energía de sistemas estáticos (calderas, generadores auxiliares), como en el ámbito de los dispositivos portátiles. Insisten en que queda mucho trabajo por delante, pero añaden que se ha dado un primer paso al lograr depositar las nanopartículas en un aerogel sobre un soporte comercial cerámico, de forma que para ensayar las primeras aplicaciones bastaría con realizar prototipos a escala.