Consiguen desarrollar un nuevo sistema de refrigeración utilizando la energía solar
La revista Applied Thermal Engineering publica un estudio realizado por ide la Universidad Carlos III de Madrid y del CSIC en el que se recoge el diseño y construcción de una máquina frigorífica de absorción idónea que aprovecha el calor solar y el calor residual como energía motriz. Según informa la citada Universidad, la tecnología implementada en estos aparatos (de aspecto similar a los de aire acondicionado convencional) minimiza el impacto ambiental al trabajar con bromuro de litio y agua, evita la destrucción del ozono estratosférico, reduce el efecto invernadero y disminuye el consumo de agua. En este sentido, el equipo dirigido por el científico Marcelo Izquierdo está construyendo un sistema de frío solar que, a diferencia de otras máquinas ya existentes en el mercado, posee un absorbedor mejorado capaz de producir agua fría de entre 7 y 18 grados centígrados cuando la temperatura exterior alcanza los 33-43 grados. Por otra parte, las conclusiones obtenidas de la investigación con una máquina comercial de absorción condensada por aire demuestran que a una temperatura exterior entre 28 y 34 grados la máquina produce agua fría a una temperatura de 12 a 16. En estas condiciones, el agua fría producida puede utilizarse para climatizar viviendas utilizando un intercambiador de calor agua-aire. Según Raquel Lizarte, una de las investigadoras del proyecto, «hay pocas máquinas de absorción adaptadas para uso residencial y, dado que no se puede prescindir de la climatización, es necesario encontrar una tecnología frigorífica que minimice el impacto medioambiental. La máquina que se está estudiando produce agua fría para refrigerar un local de 40 metros cuadrados de área habitable y 120 metros cúbicos de volumen». En el año 2007, 191 países involucrados en el protocolo de Montreal firmaron un acuerdo para acelerar la retirada de sustancias consideradas peligrosas para el ozono estratosférico, incluyendo los refrigerantes HCFC usados en la industria de la calefacción y del aire acondicionado. En 2010, el consumo será limitado al 25% de los niveles de 1996. A partir del 2020 todos los HCFC serán retirados de equipos nuevos en los países desarrollados, de ahí la importancia de innovar en este tipo de tecnologías.