Diario de León

| Análisis | Investigación en León |

Análisis de la obra poética completa de José Corredor-Matheos

Se trata de una búsqueda de lo esencial que abarca más de cinco décadas de creación de uno de los más interesantes y valiosos autores de la «promoción del cincuenta»

Publicado por
Elena Vega Sampayo león
León

Creado:

Actualizado:

Hace pocos años, por Navidades, conocí a José Corredor-Matheos (Alcázar de San Juan, 1929). A partir de entonces tuve el privilegio de conformar lo que no es sino la lectura repetida y gozosa de sus poemas, el acercamiento a las múltiples superficies y profundidades que su obra ofrece, en una investigación de tesis doctoral dirigida por el doctor José María Balcells Doménech para la Universidad de León, y que lleva por título La poesía esencial de José Corredor-Matheos. El análisis de su obra poética completa -una búsqueda de lo esencial que abarca más de cinco décadas de creación y sin duda la de uno de los más interesantes y valiosos autores de la llamada «promoción del cincuenta»-se encuentra inexplorada en buena parte salvo por marcadas excepciones, entre las que la de José María Balcells ocupa un lugar privilegiado, con un nutrido número de artículos, antologías, recopilaciones y otros materiales sobre el autor. Once son los títulos que jalonan el quehacer poético corredoriano, aparte interesantísimos cuadernos de sonetos y diversas separatas, -del inicial Ocasión donde amarte (1953), hasta el tan luminoso como iluminante Un pez que va por el jardín (2007), pasando por la espléndida obra ganadora del Premio Nacional de Poesía de 2005, El don de la ignorancia (2004)-. Su producción puede agruparse, inicialmente, en una primera y segunda épocas, las que ocupan sus seis primeros libros, especialmente marcadas por lo cotidiano y lo existencial -sin obviar composiciones de carácter comprometido o sociales-; y un tercer momento de cuajada madurez poética que da comienzo con Carta a Li-Po (1975) y que continuaría en los dos libros que le siguen hasta prolongarse en El don de la ignorancia. Esta tercera etapa corredoriana -de «despojamiento»- recoge como influjo decisivo lo que Corredor-Matheos halla de esencial en las literaturas extremorientales, pero que, a su vez, se encuentra también en la mejor mística occidental y en autores que podemos agrupar bajo el epígrafe de poetas «puros». Cuarta etapa La disolución a la que llegan dichas influencias en el poemario de 2004, además de la insistencia en motivos que, estando de forma incipiente en obras anteriores, tienen una concluyente presencia en ésta -el motivo mismo de la ignorancia, así como un concepto muy singular de la «extrañeza»- nos lleva a señalar con la aparición de El don de la ignorancia una cuarta etapa. A ésta también parecen adscribirse los poemas que integran el más reciente título del autor. De hecho, Un pez que va por el jardín transita por las sendas tan límpidamente trazadas en el libro anterior, reincide en el tema de la nada o vacío positivo, ahonda en el gozo de ser y de estar vivos, en la felicidad sosegada de la contemplación (Corredor-Matheos es, quizás, el poeta español actual que más se aproxima a lo contemplativo, entendido como un estado y una vivencia), en el reconocimiento que nos devuelven las criaturas de la Naturaleza (la paloma, el perro, el viento, el gorrión, sobre todo el árbol). La Naturaleza es para el poeta el lugar de encuentro con lo trascendente. Corredor-Matheos se sabe parte no diferenciada de un todo que es la «Naturaleza». En ocasiones, la profunda adscripción epistemológica que muestran la composiciones de Un pez que va por el jardín aflora a partir de motivos pictóricos, con especial interés en autores como Edward Harper, Joan Miró y Mark Rothko, entre otros, uno de los grandes aciertos del libro. De manera consonante con el volumen de toda su producción, la nueva obra brinda, también, estupendas instancias de metapoesía. 50 años de creación La coherencia de un cuerpo poético vertebrado en once poemarios y más de cincuenta años de creación se pone de manifiesto en el libro de 2007, por un lado, en el tono paradójico -la paradoja como «extrañamiento» y, por tanto, como vía de conocimiento- que impregna buena parte de sus poemas y que conecta este nuevo libro con su producción anterior, en concreto con los cuatro libros publicados de 1975 a 2004. Por otro, con la incuestionable presencia de lo cotidiano en ese «calcetín» que yace tirado en la calle a modo de pájaro y que comparte con el poeta «caída y vuelo» (bellísima fusión de cotidianeidad y mística en una misma composición), en esas «cosas» cercanas y necesarias que nos trasladan al verso de Y tu poema empieza (1987), «te salvas en las cosas», en que parecía desembocar la veta de lo cotidiano explorada en los libros iniciales. El término «cosas» se halla en los poemas corredorianos imbricando, de una forma u otra, al conocimiento. Si en los primeros libros las «cosas» eran portadoras de lo misterioso, lo mágico, y permitían el acceso a un modo de conocimiento no común -aunque desde lo más común por cercanía-; en los libros de madurez, las cosas «sencillas», «ellas mismas», ubican al sujeto en un punto desde el que le es posible mirar (esto es, recobrar) un conocimiento «antiguo», «ya sabido». A la esencialidad en poesía se llega tras un proceso de depuración y de eliminación de lo accidental. El poeta accede a un estado de vaciamiento, previa tarea de renuncia del yo, que lo habilita para la creación de poemas «desnudos de lo que no es esencial» -como él mismo afirma-, marcados por una sencillez y una simplicidad extremas. Lo que es un hecho en muchas composiciones de las dos últimas épocas, desde Carta a Li-Po hasta nuestros días, se halla en el anhelo que alienta la docena de breves textos poéticos que integraban la primera parte de Pequeña Anábasis (escritos entre 1962 a 1964). Ésta ha sido señalada por el autor en repetidas ocasiones como precedente máximo de una intuición poética que, pasado el tiempo y con la ayuda del notorio sesgo oriental que tomará su poesía en la década de los setenta, acaba constituyendo el hallazgo de una voz poética auténtica, singularísima y absolutamente marcada por lo esencial. Una de las voces más importantes de la poesía peninsular actual.

tracking