El congreso se divierte

TAMPOCO es que los acontecimientos políticos o económicos que nos acosan sean de tal naturaleza que nos obliguen a cultivar el ocio por el ocio y la risa con terapia de grupo. Estamos pasando trances de verdadera angustia y cuando parece que se afloja el cordaje que nos maniata aparece un nuevo motivo de angustia existencial. ¡Vaya por Dios! Y lo tremendo de la desaceleración es que no cabe atribuir la responsabilidad de lo que pueda suceder a nadie. ¿Cuáles pueden ser las pruebas de culpabilidad que pueden llevarnos a los ciudadanos a señalar con el dedo? El congreso aparece parado y con toda la cuerda, a la espera tal vez, acaso, quién sabe, a que Don Mariano consiga aplacar a los tigres de su partido y dominar la situación, sin romper ni manchar la desaceleración. Se espera a que así que pasan cinco años, como en la comedieta de Lorca, todos los polichinelas se apeen de sus respectivos machitos y busquen de verdad y encuentren las fórmulas que permitan el equilibrio. Hablamos, escribimos, pensamos y debatimos siempre, de día y de noche siempre sobre lo mismo: "Lo cara que está la vida y lo mala que se espera que acabe". Y si ciertamente no es bueno entregarse a la euforia y al vino que vende Asunción, porque el exceso de esperanza puede acabar en desastre y el vino no es recomendable, si se bebe también con exceso y sin haber comido. Afortunadamente existen poblados, centros, concejos, sociedades y cabildos para los cuales la ley es la de no deponer las armas de la alegría, como se aconcejaba a los canteros de Rentería. (¿Cuándo conquistas la piedra de la alegría?) pueblos abiertos, generosos lugares donde el ser humano adquiere todas sus dimensiones y capacidades, sin dejarse ganar por el desánimo, en el que sencillamente se vive, se pelea a corazón partido por sobrevivir sin rendirse. En Carrizo de la Ribera, que como su propio nombre indica es un maravilloso milagro de la geografía leonesa, cerca de 7.000 jubilados, en lugar de seguir las aventuras y milagrerías de Ana la bióloga por la televisión comunal, celebran la Jornada de Convivencia del Mayor. Y la celebración se compone de todos los elementos que pueden contribuir al ilusionamiento y a la esperanza real de todos los habitantes. Y se celebran pasodobles, y jotas y juegos de la Tarasca y gimnasia y tute perrero. Y a la celebración acuden autoridades como la señora Presidenta de la Diputación, el Diputado de Bienestar y un extenso etcétera hasta completar los siete mil asistentes. Al final del programa se celebra a la manera de cada cual, la siesta, como motivo principal del festejo. Y a nosotros nos parece que esto de la siesta es la atracción más necesaria y oportuna, dadas las circunstancias. ¡No todo van a ser lamentos y desaceleraciones! Se sugiere que para el siempre ridículo y carísimo programa de fiestas para las fechas de San Juan y San Pedro, nada más municipal y oportuno que la siesta¿ ¡Y en eso estamos!