Se fijan valores máximos y mínimos permitidos de decibelios

Entre las novedades del destaca la obligación de que discotecas, bares y otras actividades con instalaciones musicales instalen un limitador-controlador de potencia y dispongan de un registro sonográfico en el que se recogerán los niveles acústicos de cara a futuras inspecciones, así como de un sistema de verificación que permita detectar posibles manipulaciones.Cuando un local tenga autorización para superar los 90 decibelios, deberá colocar en un lugar visible un cartel con la leyenda, «El acceso y permanencia continuados en este lugar pueden producir daños permanentes en el oído, por superarse en su interior un nivel de presión sonora de 90 decibelios». El texto especifica las medidas y colores de la placa así como que tendrá que aparecer en mayúsculas la palabra «ATENCIÓN». El documento fija unos valores máximos y mínimos de decibelios permitidos para cualquier actividad en una determinada zona y en un momento concreto similares a los que estipula el citado decreto. Serán los ayuntamientos los que apliquen, a través de ordenanzas, unos niveles concretos. También se regula el control acústico en la edificación y de las actividades y los emisores. Así, en los edificios de nueva construcción deberán realizarse estudios acústicos previos a la concesión de la licencia de primera ocupación. informe deberá ser realizado por una entidad independiente y garantizará el aislamiento acústico de las viviendas y que en el recinto habitable no se superen los 50 decibelios. Se reglamentan, además, los requisitos y medidas a cumplir en las obras, equipos y maquinaria, así como en actividades como la carga y descarga de mercancías, la recogida de residuos, los receptores de radio y televisión, la tenencia de animales domésticos, las actuaciones en la vía pública, los sistemas de alarma y vigilancia, la emisión musical en el interior de vehículos y el uso de señales acústicas dentro del casco urbano.