Diario de León

CORNADA DE LOBO

De verde en verde

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NOTICIA de lazo guapo viene de África. Devuelve alguna fe en el hombre. Noticia verde esperanza, con árboles, muchos árboles. De todo lo vivo, las plantas son las que más cosas cuentan, el ser más listo, el más vago... y el más longevo. Los dos mil años de una secuoya nos rompen la nuca del pasmo... y un haya de tres siglos, un mostajo de edad indefinida o una efímera amapola. ¿Quién dijo que el animal es superior?... Las plantas hablan sin decir nada. Eres tú el que no quiere escuchar. Tienden a juntarse y a mezclarse con lo diferente. ¿Y tú?... En el principio fueron las las plantas y, después, todo el resto (con su devoración). Las plantas no matan, no hacen guerras; como mucho, se estorban. Se plantan en un sitio y no codician otro. Sólo confían en que tenga sustancia el suelo en el que enredan sus pies y que pasen por encima nubes lloronas que inviten a un trago. Pero hay lugares donde los nubes dejaron de pasar y sólo hay viento de fuego y lluvia de alacranes. Es el desierto que se mueve, avanza y engulle; es la nada y el infierno. No hay quien lo pare, pero alguno lo intenta. El presidente senegalés llamó a expertos de todo el mundo para saber qué árboles pueden vivir a la puerta del desierto donde sólo llueve un mes y once son ayuno. Vinieron australianos, asiáticos del Gobi, andinos de Atacama... Pues hágase una barrera arbolada con especies que no pierdan ahí sus carnes ni la fe vegetal, que cruce el África entera desde Senegal a Etiopía, un corredor verde de siete mil kilómetros de largo y quince de ancho que haga de faja para contener las lorzas de arena del gran Sáhara. El senegalés quiere concordar a todos los países y que este esfuerzo sirva para unir lugares en perpetuo latido de guerra. Sueña en panafricano y demuestra viable su sueño porque asegura que el próximo año su país habrá plantado ya lo suyo, mil kilómetros. Admirable sueño. Apláudase, aunque tenga más de buenismo político que eficacia en cumplir su frenazo al arenal. Poner una muralla de árbol chaparro no servirá de mucho, pero devuelve la fe terca del hombre heroico. El desierto no está en el suelo, sino el el cielo del que huyen las nubes, así que la sed avanzará sobre los árboles, pero el hombre habrá gastado su esfuerzo en sobrevivir y no en matarse.

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