Diario de León

A CADA DÍA SU AFÁN

El progreso de la reproducción in vitro

Publicado por
JOSÉ-ROMÁN FLECHA ANDRÉS
León

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EL DÍA 25 DE JULIO de 1978 el periódico The Times publicaba con grandes titulares la noticia del nacimiento de una niña. Era la primera vez que venía a la vida un bebé «producido» por fecundación in vitro y transferencia embrional al útero materno. Se trataba de la pequeña Louise Brown, hija del matrimonio formado por John y Lesley Brown y «producida» por los doctores Edwards y Steptoe en el hospital clínico de Cambridge. Ante los casos que inmediatamente comenzarían a multiplicarse, la prensa acuñó la etiqueta de los «niños probeta». Era inexacta, pero llamativa. El procedimiento era largo y complejo. Por abreviar la descripción, requería una estimulación ovárica en la mujer, la obtención del semen del varón, la fecundación de varios óvulos y la implantación de algunos de los embriones resultantes en el seno de la mujer. Aquel acontecimiento fue saludado como un importante progreso en el campo de la procreación humana asistida. Es cierto que aquel avance técnico no dejaba de suscitar algunos interrogantes éticos. En principio, parecía francamente positivo el haber logrado controlar el proceso de la procreación humana. Se conseguía de esta forma superar muchas situaciones de esterilidad, debidas tanto al varón como a la mujer. Se preveía la selección de embriones y la evitación del nacimiento de bebés con graves taras genéticas. Pero algunos desconfiaban de una técnica que separaba excesivamente el aspecto unitivo del procreativo que distingue a la sexualidad humana. Por otra parte, se veía ya el peligro de producir embriones «sobrantes» que, al no ser transferidos al seno materno, serían condenados a una muerte segura o destinados a convertirse en «material» de investigación. Y finalmente, se pensaba en el riesgo probable de que muchos niños, en distintos hogares, fueran concebidos gracias a los gametos procedentes de los mismos donantes, tanto masculinos como femeninos. Con ello se produciría una población de hermanos y hermanas desconocidos que un día podría dar origen a uniones endogámicas. Las leyes que han tratado de regular ese avance científico-técnico y esas nuevas situaciones sociales han creado a veces más problemas que los que trataban de solucionar. Sobre todo, porque han ejercido un papel «educativo» y han contribuido a trivializar la comprensión de la procreación humana. Treinta años más tarde, la diversidad de las leyes demuestra la ausencia de una base racional y la extensión de una ética puramente pragmática que ha favorecido un cierto «turismo biológico». Parejas heterosexuales, mujeres lesbianas y madres solteras han viajado de un país a otro para conseguir tener un hijo por estos medios técnicos. El deseo del hijo parece haber fundado el derecho a tener un hijo a cualquier costo. En ningún caso se ha tenido en cuenta el derecho del hijo a ser engendrado en el seno de una pareja heterosexual y estable. Evidentemente, el progreso técnico debería ir siempre acompañado de un progreso ético. Día 16, sábado: Dedicación de la S. I. Catedral (Astorga) Homenaje al Beato Balbino Villarroel (Tejerina, León, 12 h.) Dedicación de una calle al P. Carlos de Villapadierna (Palacios de Rueda, León, 13 h.) D ía 17, XX domingo del Tiempo Ordinario Presencia de la imagen de la Virgen de la Encina en Fabero (Astorga). Hasta el día 24 Fiesta de Santa Beatriz de Silva (Convento Concepcionistas, León, 19 h.) Día 18, lunes: Presentación del libro «Grandes formadores-evangelizadores y captadores de vocaciones de ayer y de hoy», de J. Fernández García y María Fdez. Hawrylak (Biblioteca Pública, La Bañeza, Astorga, 20,45h.) Día 20, miércoles: Fiesta de San Bernardo de Claraval, abad y doctor de la Iglesia Día 21, jueves: Fiesta de San Pío X, Papa. Día 22, viernes: Fiesta de Santa María Virgen, Reina.

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