Diario de una aventura Desafío extremo Makalu (8.463 metros)
¡Voy a por mi cuarto ochomil!
Es uno de los retos más difíciles no sólo porque se trata de una cumbre muy aislada, sino porque lo afronto en el otoño, una época inusual para escalar en el Himalaya
Hola amigos. Hoy, 2 de septiembre, viajaré a Nepal a por mi siguiente desafío: el Makalu (8.463 metros de altura). Intentaré la cumbre de la quinta montaña más alta del mundo, el Makalu. Se trata de uno de los retos más difíciles que nunca ha asumido. No sólo porque se trata de un ocho mil muy aislado y difícil, sino porque además lo emprende en otoño, una temporada inusual para abordar cualquier montaña de altitud en el Himalaya, en la que el tiempo es más inestable y comprometido que en primavera. Como ejemplo, sólo mi expedición estará en el Makalu, por lo que no obtendré ayuda de nadie, teniendo un limitadísimo equipo para abrir completamente la ruta y equipar los más de tres mil metros de desnivel con cuerda fija, además de tener también que abrir la huella. Será una tarea titánica. Existe una gran diferencia: si en la montaña se dieran cita otras expediciones como por ejemplo en el Manaslu, donde este año lo intentaran ¡veinte expediciones!, esto sin duda es muy beneficioso, pues trabajarán en la ruta muchas personas y sherpas facilitando el acceso a la cima, pero en el Makalu estaremos Emilio, mis cinco sherpas, y yo solos. Hay que ser realistas: con las escasas posibilidades de concluir con éxito este proyecto, aunque moral y capacidad de sufrimiento no nos faltan. Intentaré esta complicadísima cumbre de 8.463 metros de altura apoyado con cinco sherpas. Partiré desde Katmandú, la capital de Nepal, en avioneta hasta Lukla. Allí iniciaré la aclimatación paulatina de unos doce días, ascendiendo por el valle del Solu Kumbu. Esta montaña, si la culmino, será mi cuarto ochomil, tras haber conseguido también el Cho Oyu (8.201 metros), el Everest (8.850) y el Lhotse (8.516). El equipo de Desafío extremo se ha marcado este objetivo durante los meses de septiembre y octubre. Enviaré crónicas desde mi equipo satélite y contaré día a día cómo se resuelve un reto tan arriesgado y motivador. La convivencia con los sherpas dará pie a que cuente con más detalle de lo que es habitual la vida cercana, el carácter y la capacidad de esta gente originaria de los valles de Nepal. El Makalu es una montaña compleja y muy aislada. Se suele tardar dieciséis días en llegar a pie desde el último punto donde te puede dejar una avioneta, y como intentaré esta escalada en una época nada propicia, tendré que alquilar un helicóptero ruso de carga donde se trasladará todo el equipo, incluidos los sherpas y cocinero. Es un vuelo muy arriesgado. Han ocurrido numerosos accidentes, incluso durante el rodaje de un programa sobre esta montaña un helicóptero igual desapareció con la consiguiente muerte de todos sus ocupantes sherpas más la tripulación de origen ruso. El vuelo lo realizaré desde Lukla y aterrizaremos cerca del Makalu, a unos 4.800 metros de altura. En dos jornadas nos desplazaremos al definitivo campo base, que según las condiciones de la nieve se puede situar entre los 5.300 metros y los 5.700 metros La primera ascensión al Makalu la realizaron en el año 1955 los franceses Jean Couzy y Lionel Terray, por la ruta llamada Makalu La, o normal, la misma que utilizaremos. Desde entonces la han ascendido expediciones de diferentes países, aunque casi todas en la primavera, pues en el otoño los vientos, las bajas temperaturas y nevadas son mas violentas y frecuentes. Su nombre en tibetano significa Gran Negro, a causa de su silueta inmensa y oscura. Está a sólo 25 kilómetros del Everest, pero su aproximación se realiza a través de un valle distinto, mucho más inexplorado y alejado de cualquier forma de vida humana. Es, sin duda, el mayor reto alpinístico de mi vida. Todo ello lo veréis en mi programa de Desafio extremo y lo disfrutaréis antes aquí a través de mis crónicas. ESCRIBE: Siga la aventura en: www.jesuscalleja.es