El estudio tiene aplicaciones en la producción de antisueros que neutralicen su toxicidad
El veneno de las serpientes varía según su edad y el entorno de vida
Permite a los ofidios vivir en ambientes cambiantes y también garantizar su supervivencia
Utilizando técnicas proteómicas, un equipo del CSIC ha identificado qué toxinas varían en el veneno de serpientes de la misma especie, lo que implica aplicaciones en la producción de antisueros y corrobora trabajos previos que explican que el veneno de una serpiente varía según su edad para adaptarse al medio y garantizar su supervivencia. El trabajo, dirigido por Juan José Calvete, del Instituto de Biomedicina de Valencia, ha analizado la variación de los venenos en individuos de la serpiente Bothrops asper, procedente de Costa Rica, causa de la mayoría de las mordeduras en Centroamérica. Su análisis ha revelado diferencias que rondan casi el 50% en la composición proteica del veneno de serpientes de la misma especie en función de su edad y localización geográfica. Los datos permiten plantear la hipótesis de que esta variación es una característica común a todas las especies de serpientes venenosas, y «entronca con el concepto actual de especie como una metapoblación de individuos portadores del mismo genoma pero dotados de notables diferencias fenotípicas», añade Calvete. Según se indica desde el CSIC, una de las principales consecuencias en la variabilidad es que un antisuero producido para neutralizar el efecto tóxico del veneno de serpientes de una localización concreta puede no ser igual de efectivo en otra área geográfica. Como plantea el científico, «una posible solución es desarrollar antídotos frente a venenos de serpientes de cada región, pero es más simple y económica la producción de antisueros frente a una mezcla de venenos colectados de diferentes especimenes». En el futuro se espera que los anticuerpos frente a las toxinas de los venenos puedan producirse a la carta. Para ello, hay que conocer qué toxinas tiene cada veneno y diseñar, mediante técnicas bioinformáticas basadas en su estructura, el mínimo número de anticuerpos específicos necesarios para bloquear la acción devastadora de cada familia de toxinas. «Los estudios proteómicos como éste muestran la composición detallada de los venenos y representan el primer paso en esa dirección», asegura el investigador del CSIC. Variación La variación de la composición del veneno dentro de una especie es un mecanismo biológico que la dota de gran flexibilidad para adaptarse a ambientes cambiantes y garantizar su supervivencia. Una serpiente cuyo veneno esté especializado en la caza de ranas desaparecerá si la población de estos anfibios decrece drásticamente. Por el contrario, una especie dotada de veneno efectivo para cazar diversos tipos de presa tendrá más posibilidades de supervivencia en un ecosistema cambiante. Frente a los venenos multifuncionales de las serpientes más maduras, las recién nacidas presentan venenos menos complejos pero más tóxicos, debido a que por su pequeño tamaño están más desprotegidas en su hábitat natural. Los estudios demuestran, por otra parte, que los individuos cuyo veneno les proporcione una ventaja evolutiva en el sentido de que les permita alimentarse mejor, serán quienes dejen más descendientes y, con el tiempo, las características de estos individuos mejor adaptados prevalecerán en la población. «Además, las serpientes suelen ocupar regiones relativamente pequeñas debido a que no son depredadores activos, por lo que no es de extrañar que poblaciones de una misma especie separadas geográficamente tiendan a divergir en aspectos fenotípicos como el veneno», concluye Calvete.