Los alimentos básicos escasean y sus precios se han disparado por la especulación y la creciente demanda.
Esta mañana llegó el primer gran cargamento de material de emergencia para las víctimas del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
En el delta del Irrawaddy, el hambre comienza a tornarse en desesperación, y se han producido enfrentamientos y peleas por acceder a la ayuda internacional y en las primeras tiendas que abrieron sus puertas.
Las agencias humanitarias todavía se quejan de la lentitud de las autoridades birmanas en tramitar los visados para su personal.
Pueblos enteros se encuentran sumergidos por las riadas y los cadáveres hinchados flotan sobre el agua y se acumulan en las raíces de los manglares. Las casas, destruidas.
La ONU desbloqueó hoy diez millones de dólares de su fondo de emergencia para reforzar su asistencia a las víctimas.