Diario de León

CRÉMER CONTRA CRÉMER

Al fin, una niña¿

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VICTORIANO CRÉMER
León

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PARECE UNA HISTORIA para dormir a los canguros de Australia, pero es un texto como para ser repasado en los colegios más encopetados y con rango científico por encima de todas las pruebas hasta el presente llevadas a cabo en el mundo. Naturalmente el suceso se registró en los Estados Unidos de América, que es, por cierto, el lugar de la tierra habitado donde se producen los fenómenos más extraños, más asombrosos y por supuesto más insólitos, que por eso, son fenómenos. Y es que un señor llamado Don Thomas Beatie ha dado a luz, o sea que ha parido una hermosa y rozagante niña, que es el encanto de su extraño padre y la admiración de los vecinos del circo. El tal señor Thomas cambió de sexo cuando tenía 24 años, que es la edad para cometer locuras sexuales y se encomendó a su esposa doña Nancy para que le acompañara en la aventura de cambiar de condición, de preparar el embarazo, mediante una operación corriente y le asistió en el momento culminante, cuando la niña comenzaba a mostrar las características peculiares que se ofrecen cuando la madre es el padre. Los vecinos de Oregón confiesan sus entusiasmos ante el acontecimiento natal y se disponen a convertir el hecho corriente en una nueva película de Tarantino. A los leoneses les cogió la información cuando se hallaban metidos hasta el cuello en uno y en otro congreso, sin duda pensando que no están precisamente los dignos hijos naturales paridos en la noble, heroica y paciente cuna de Don Suero de Quiñones, que era, a lo que se dice, un hombre solamente hombre, sino en elegir a las chicas jóvenes y jóvenas aptas para formar parte del nuevo equipo gubernamental socialista, y se dispone a tomar las medidas que fueran pertinentes para aprovechar el fenómeno de Oregón para poner en el mundo hispánico muchos muchachos que puedan conceder a la política de crisis que sufrimos un tiempo para la esperanza. Y es que en León, según las estadísticas disminuye el número de habitantes, pese a los inmigrantes del cayuco y los que son depositados por la policía cuando se les coge con las manos en remo, como el forzado de Dragut en la playa de Marsella, ambos ojos en el mar y ambas manos en la cadena¿ Cuando llegó al lugar en el cual se analiza el fenómeno de la disminución de posibles leoneses, los eficacísimos miembros y miembras de la comunidad municipal, se disponen a solicitar de los científicos de Oregón, el modo de convertir a los inútiles varones en eficaces parturientos, ayudando de esta manera a solucionar la ancha y variopinta crisis, que también llaman desaceleración, pero que lo mismo da para morir con las hambres puestas y los niños a punto. Agradecemos a Oregón y especialmente a Don Thomas, el feliz madro, la hermosa lección que nos brinda para superar el episodio de la disminución de niños y de niñas llegados de tan insólito e insospechado modo. En su honor, ¡Viva Pérez de Guzmán!

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