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El fracaso escolar alcanza a una quinta parte de los estudiantes de entre 15 y 19 años

El exceso de universitarios chocacon la falta de graduados enEspaña Dos mil euros menos por alumno

La UE busca aumentar un 85% en el 2010 la población de entre 20 y 24 años que se gradúe

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Mateo Balín Mateo Balín - madrid madrid
León

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El sistema educativo español obtiene un aprobado holgado en enseñanzas superiores y catea sin perdón en secundaria y bachiller. La brecha entre los resultados de estos dos niveles formativos se agranda y escenifica una ruptura cada vez más profunda: hay mucho universitario y poco graduado, lo que hace suponer que por el camino se han quedado y se siguen quedando muchos estudiantes. Esta es la foto fija que sobre España ha tomado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), en su informe Panorama de la educación , en el que se compara las políticas y los avances que sobre esta materia se han producido en 30 países mundiales. Los datos se extraen del curso 2005-06 y ofrece una nítida perspectiva sobre la evolución educativa de la última década, en una clasificación encabezada por Estados Unidos y los países nórdicos. Coincidiendo con el milagro económico español, en este periodo se ha producido un incremento considerable del número de titulados en enseñanzas superiores que alcanza al 39 por ciento de los jóvenes de entre 25 y 34 años, seis y nueve puntos por encima de la media de la Ocde y la Unión Europea, respectivamente. Este porcentaje, eso sí, se ha estancado desde 2004, alimentado por la falta de estudiantes universitarios y el aumento de la inmigración, según señala el informe. Sólo Irlanda y Corea del Sur han evolucionado mejor que España en enseñanzas superiores, un éxito que, para el secretario general del organismo, Ángel Gurría, se fundamenta en el «buen acceso» y las facilidades para cursar una carrera. Mejora Este fenómeno explica cómo en los últimos 30 años nuestro país ha mejorado 37 puntos en el nivel formativo de los jóvenes, frente a los 23 de media de la Ocde, según fuentes del Ministerio de Educación. Una paradoja de las universidades nacionales es que, pese a su reconocida progresión, no han conseguido encontrar la fórmula para atraer a estudiantes extranjeros: sólo el 1,6 por ciento de alumnos procedentes de otros países estaban matriculados en centros españoles en 2006, cuando la media de los países desarrollados supera el 6 por ciento. La realidad es bien diferente en cuanto a bachillerato y secundaria (ESO Y FP de grado medio) se refiere. El informen revela que el 64 por ciento de los jóvenes de entre 25 y 34 años obtuvo el graduado obligatorio de secundaria por el 78 por ciento en la Ocde, un porcentaje que se reduce al 50 por ciento entre el grupo de 25 a 64 años. Entre los primeros, más de la mitad acabaron en la universidad y la otra parte se quedó por el camino: la mayoría prefirió trabajar que estudiar un modulo de grado medio o un curso de Formación Profesional. La propia secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, citó la brecha que se abre en ese nivel educativo y que hace que España sigue por debajo de la media de la Ocde en formación. «Faltan más titulados en bachillerato y FP, un título que está desprestigiado socialmente y que desde el Ministerio queremos dignificar, ya que su potencial es enorme», señaló en declaraciones a Radio Nacional , en donde anunció que la reforma de la Formación Profesionales entrará en vigor en el curso 2009/10, con la que se pretende corregir los «puntos débiles» del sistema. La propia Unión Europea se ha fijado el objetivo de incrementar hasta el 85 por ciento en 2010 la población de entre 20 y 24 años que se gradúe, al menos, en educación secundaria. Para ello el Gobierno tendrá que trabajar a fondo para combatir el fracaso escolar entre los menores, que alcanza a una quinta parte de los estudiantes de entre 15 y 19 años, el octavo porcentaje más alto de la Ocde en una clasificación que encabezan Turquía y México. Quizá uno de los puntos a tener en cuenta es el gasto público en educación. El Gobierno español invirtió el 4,6 por ciento del presupuesto en 2005, 1,2 puntos menos que la media europea. Dicho porcentaje es parecido al del año 2000 (4,8 por ciento), pero menor que el de 1995, cuando el gasto de las instituciones fue del 5,3 por ciento. Este descenso se explica por los cambios demográficos sufridos en España, según la Ocde. Además, la organización señala que el gasto medio por alumno fue en aquel curso de unos 5.000 euros frente a los 7.000 de los países desarrollados. Una de la claves de esta diferencia es la fuerte inversión privada que realizan algunos países occidentales en educación, cuando en España más del 80 por ciento de los centros escolares son de titularidad pública y están gestionados por las Comunidades Autónomas, competentes de esta materia. También los profesores han sufrido en sus carnes los problemas de financiación. España es el único país de la Ocde en el que los salarios de los maestros de primaria y secundaria cayó en términos reales entre 1996 y 2006, entre un 91 y 95 por ciento de lo que cobraban una década atrás. En la actualidad ganan más de 26.200 euros en educación obligatoria. Gasto por universitario El gasto por cada estudiante universitario se incrementó un 23 por ciento en España entre 2000 y 2005, frente al 11 por ciento en el conjunto de la Ocde. Descontando el efecto de la caída del número de universitarios, el alza de los fondos a la educación superior en España fue en ese periodo del 14 por ciento, según los datos del informe anual sobre educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.