Campaña de Adena para el seguimiento por satélite de los atunes en el Mediterráneo

Un grupo de científicos y ecologistas marcarán unos 50 atunes rojos para investigar las pautas migratorias y de comportamiento de los adultos y juveniles en el Mediterráneo. La campaña «Tras la pista del atún rojo del Mediterráneo», presentada en Mallorca por WWF/Adena, cuenta con la colaboración con la Universidad de Cádiz y del Instituto Español de Oceanografía, y ha sido financiada por la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco. Los ejemplares están siendo marcados con dos sistemas diferentes para poder ser seguidos vía satélite en sus migraciones y obtener información sobre su trayectoria, profundidad a la que se mueven o zonas de reproducción, datos que resultan esenciales para aplicar medidas de gestión eficaces para la especie. Uno de los marcadores electrónicos, que se coloca en el lomo del atún, se desprende al cabo de unos meses y sale a la superficie para emitir señales a un satélite que recoge los datos. El segundo sistema se coloca en el interior de los ejemplares tras realizar una pequeña incisión. Cuando el atún es pescado, se puede enviar el marcador a los responsables del proyecto que premiarán con una recompensa de 300 euros. esta primera actividad, el marcaje de atunes se extenderá a otras zonas del Mediterráneo con la participación de las almadrabas en el sur de la Península, granjas de atún en Turquía o la flota de cebo vivo del Estrecho, entre otros. La población de atún rojo ha descendido en un 80% en las últimas tres décadas y ya en el año 2000 la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico estimó que la mortalidad por pesca era 2,5 veces superior al nivel máximo compatible con la reproducción adecuada de la población. En un estudio de WWF/Adena se afirma que la industria de engorde de la especie pone en peligro una de las principales pesquerías del planeta. Se denuncia, además, que el incremento de piscifactorías ha sido tan elevado que durante el año 2003 se introdujeron en jaulas del Mediterráneo unas 25.000 toneladas de atún salvaje llegando a saturar el mercado japonés y provocando la caída del precio. Se capturan ejemplares jóvenes para engorde, muchos de ellos en edad de reproducción, a los que se suministran peces de menor valor (caballa) hasta que alcanzan el tamaño adecuado. Además, las capturas para las granjas se realizan sin controlar las cuotas ni las tallas. En la actualidad, el 80% del atún rojo que se consume en Japón procede de granjas de «engorde» ubicadas en España, Italia y Turquía.