El Gobierno plantará 45 millones de árboles hasta el año 2012
Un árbol por habitante, más o menos. En los próximos tres años, de 2009 hasta la primavera de 2012, la masa forestal española incorporará 45 millones de nuevos árboles. El Gobierno aprobó este viernes un plan extraordinario de repoblación arbórea, hijo de la pasada campaña electoral, con el que se pretende contribuir a la lucha contra el cambio climático y la desertización, y generar a la vez empleo rural. Las zonas de repoblación preferente serán de dominio público estatal, unas 61.300 hectáreas de parques nacionales y confederaciones hidrográficas, y alcanzará incluso a montes comunales y patrimoniales de los ayuntamientos que se adhieran al plan a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp), explicó la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino. Elena Espinosa recordó que se cumple así uno de los principales compromisos medioambientales de los socialistas en la pasada campaña electoral. La reforestación fue objeto de una llamativa puja entre José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, que elevó la apuesta y prometió plantar 500 millones de árboles - más de 200 árboles al minuto- en la presente legislatura si ganaba las elecciones. El plan persigue aumentar la capacidad de la masa forestal española como sumidero de carbono para retirar de la atmósfera un porcentaje mayor de CO2, y evitar la pérdida de suelos. 90 millones de euros Con una inversión de 90 millones de euros, contribuirá además a crear «3.000 puestos de trabajo directos cada año de su vigencia» y un buen número de empleos indirectos, recalcó Espinosa. Para las repoblaciones se utilizarán especies de árboles y arbustos autóctonos de la Península y de los archipiélagos balear y canario. El Consejo de Ministros aprobó además un plan bianual de lucha contra los incendios. Operará sobre 275.000 hectáreas, tendrá un presupuesto de 250 millones de euros y dará trabajo directo a 11.000 personas. Espinosa no quiso especular sobre supuestas conexiones entre el parón inmobiliario y el descenso en el número de incendios de este verano y pidió prudencia porque la etapa veraniega de riesgo forestal «aún no ha acabado».