Hay luchas y luchas

«HAY personas que luchan un día y son buenas. Hay otras que luchan un año y son mejores. Pero hay las que luchan toda la vida: esas son las imprescindibles». He ahí una reflexión que es todo un programa de vida. Es cierto que muchos sólo entienden la lucha si piensan en armas, en golpes o en zancadillas puestas al paso de los demás. Pero otros saben que la lucha más noble y más difícil es la que la persona lleva a cabo para dominar sus instintos más egoístas. La primera lucha produce la muerte; la segunda genera la vida. La vida verdadera que glorifica al luchador y va sembrando a su alrededor. No importa sólo luchar. Es preciso preguntarse por el fin que se pretende conseguir con la lucha y por los medios que se eligen para conseguirlo. Siempre ha habido luchadores incapaces de imaginar un mundo que no esté teñido de sangre. El año 391 murió en Roma san Almaquio. Ya se había concedido la paz a los cristianos. Es más la fe cristiana se había convertido en religión oficial. El delito de Almaquio no era, pues, el de oponerse al culto a los dioses del Imperio. Se oponía a las luchas de los gladiadores. Pero los ansiosos de sangre no podían tolerar a los que trataban de poner fin a aquella crueldad. Los mismos gladiadores se encargaron de dar muerte al que luchaba para que ellos respetaran la vida. Hay un detalle que no se debe olvidar: los gladiadores cometieron aquel crimen bajo la orden de Alipio, prefecto de la ciudad. El 13 de septiembre de 1794, en una vieja nave anclada frente a las costas francesas de Rochefort, moría de enfermedad e inanición Claudio Dumonet. Al día siguiente moría su compañero Claudio Laplace. Su único delito era ser sacerdotes; algo intolerable para los luchadores por la libertad, la igualdad y la fraternidad. En la época moderna se han aprendido y practicado métodos mucho más sofisticados. En 1943, en el campo de concentración de Dacha, cerca de Munich, moría el sacerdote polaco Mariano Konopinski. El nazismo se valió en este caso de las atrocidades que le infligieron los médicos del campo. Uno más de los millones de asesinados como consecuencia lógica del libro de Adolf Hitler, que se titulaba precisamente «Mi lucha». Evidentemente, los ejemplos se pueden multiplicar a favor de unos y de otros. Hay muertos olvidados en las cunetas de todos los caminos del mundo. Pero todos preferimos que la frase de Bertolt Brecht que se citaba al principio sea entendida en un ámbito de paz y de sensatez. O mejor dicho, de amor a todos los que comparten con nosotros la espléndida dignidad humana. Hay manos que luchan curando heridas y limpiando lágrimas. Luchar toda la vida por el triunfo de la vida nos hará imprescindibles. Para el cristiano, eso no es todo. Si esa lucha para promover la vida y las razones para vivir se emprende a la luz de la fe, nos hará también seguidores del Señor, que entregó su vida por los demás. Día 13, sábado: Ruta vocacional monástica (Monasterios de clausura, León). Del 12 al 14 Día 14: Solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz Fiesta en el Santuario de «El Santo» (Bembibre, Astorga) Comienzan Ejercicios Espirituales para sacerdotes (Casa Ejercicios S. Francisco, Astorga, 21 h.). Hasta el día 19 Día 15, lunes: Memoria de Ntra. Sra. de los Dolores Solemnidad de la Virgen del Camino, patrona de la Región leonesa, en la diócesis de León. Con especiales cultos en su Santuario (León) Comienza la VII Semana de Pastoral (Seminario, León, 16,30 h.). Presentación Días 16-18, martes-jueves: Trabajo de talleres en la VII Semana de Pastoral (Seminario, León, 16,30 h.) Día 19, viernes: Comienza Novena Mayor en honor de la Virgen del Camino (Santuario Virgen del Camino, León, 8 y 18,30 h.). Hasta el día 27 Reunión de Equipo de Apostolado Seglar (Delegación propia, Astorga, 10,30 h.) Inauguración del XXV Festival de Órgano Catedral de León (Catedral, León, 21 h.)