...con cierto aire surrealista envuelta en organza de seda, muselinas, crepe de chine, seda rústica, popelín y voile de algodón.
Sardá nos transporta a un ambiente mágico de ninfas sofisticadas y actuales, que reinventan las fuerzas de la naturaleza.
Las flores se pegan a cada prenda con maestría y con un gran toque de seducción.
Los estampados animales han llamado la atención en un desfile que se caracterizaba por su dulzura.
Tal y como nos tiene acostumbrados, Sardá ha presumido de originalidad con esta capa de peluche y botas de tiras.
Larrainzar presenta para el próximo verano una colección cuyas líneas están dominadas por volúmenes y plisados, cuya pieza clave es el vestido largo
El blanco cobra protagonismo en la colección del diseñador que apuesta por grandes escotes.
En su colección de baño, el modisto apuesta por formas irregulares.
El premiado modisto Juanjo Oliva cerró la segunda jornada en la Sala Neptuno. Sigue buscando la alta costura y la sutilidad dentro de formas arquitectónicas que resaltan los cortes depurados y sencillos.
Los colores lisos dominaron en la colección de Juanjo Oliva. Eligió el blanco natural, los tejidos limpios y sin teñir, para mostrar una mujer chic, delicada y con adornos de encaje.
Un espectacular vestido largo rematado en el bajo con gigantes nidos de abeja cerró el desfile de Oliva. Las joyas de Duran, con perlas y oro, dieron suntuosidad al recital de armonía.
El veterano Elio Berhanyer es claro a la hora de definir su amplísima colección -sesenta pases de mujeres, dieciséis de hombres- que introduce más colorido frente a su habitual oscilación entre el blanco y el negro.
El modisto vuelve a recuperar los sombreros años sesenta para recordar sus tiempos de dominio en la alta costura pero en esta ocasión con detalles de color que modernizan el estilo clásico del creador.
En los vestidos, envuelve de gasas a la mujer para las craciones de noche; gasas que se ciñen a la silueta para dejar caer algún volante a la altura del tobillo.
Sastrería en la tarde, una madrina en gris, y una espectacular novia cerraron un desfile que huyó de música estridente para ambientar con ópera de Verdi y un canto gregoriano final.
Miguel Palacio propuso una lujosa colección de noche. El diseñador vasco ciñe la silueta con corsé interior para elaborar vestidos cortos que marcan el tipo.
El tejido se enrosca hasta adquirir formas florales. Hay escotes con un solo hombro que también se enriquecen con los mismos motivos; o vestidos que llevan otro superpuesto en el delantero dando una original apariencia.
El largo va del mini, a la rodilla o muy largo, y los tejidos oscilan entre el popelín, a la seda labrada que recuerda el piqué, con aplicaciones de lentejuelas en hombreras y chaquetas.
Un recargamiento exquisito definió la colección de Ana Locking. Vestidos en gasa envolvente -gris, azul tinta, ocre y beiges- evitan la transparencia con corsés interiores. Autor:
Ana Locking utiliza la rafia para dar volumen a una amplitud de volantes en cascada que se despliegan a partir del talle. Hay también faldas de chifón transparente que se complican con unas ballenas que dan formas armoniosas.
Para hombres, Locking introduje los pantalones pesqueros, a treinta centímetros del suelo, conjuntados con sandalias.
Otros vestidos de noche -la noche domina a la calle en esta jornada- van con polisón trasero con los mismos volantes de rafia, y se rematan con aplicaciones de cristales de swarosky en el escote.
David Delfín ha dejado atrás a las mujeres andróginas para feminizarlas con sobriedad. Da paso a una mujer más sofisticada a la que marca la silueta con vestidos o pantalones plisados de forma esmerada. Es una ruptura que él llama «Diastema», separación con lo anterior. El minimalista Delfín, sólo barroco hasta ahora en la ambientación, enjoya a las modelos con perlas y rubíes que adornan delicados vestidos, algunos en tono rosa maquillaje y otros en negro.
Bajo una escenografía animada por la eficaz luminotecnia, David Delfín presentó su siempre cuidada sastrería, especialmente para los hombres, con impecable corte y suavísimo popelín.
Unos tubos nasales como los que se utilizan para dar oxigeno fueron el toque de extravagancia de este diseñador que cada vez pisa más firme.
Jesús del Pozo propone una mujer de trazos libres y simplicidad de líneas que dibujan siluetas de volúmenes relajados que revelan una revisada elegancia, cuya prenda estrella es el vestido en tejidos etéreos como el tul o la seda con sutiles transparencias que aportan a las prendas sensación de movimiento.
Para el día, el creador madrileño propone tonos cítricos, en refrescantes tonos verdes, aguamarina y menta.
La mujer de Del Pozo vive la noche con vestidos en gris humo y negro profundo de grandes flecos, tipo charleston, en una reinterpretación del estilo años 20.
Miriam Ocariz sorprendió con sus contrastes de estampados luminosos enmarcados en tejidos ligeros frente a los cuadros de sastrería masculina, aplicados indistintamente sobre americanas y pantalones o sobre vestidos, en los que juega con la gasa, el georgette y un punto muy ligero frente a la lana fría y el brocado.
La diseñadora vasca crea con el punto de seda un vestuario de aspecto natural y lánguido, pero siempre de acabados sedosos cuyo nexo de unión es una sutil insinuación del cuerpo, especialmente en las blusas y los vestidos.
En su colección para la próxima temporada, destacan tintes nacarados cuyo tejido se pega al cuerpo como una segunda piel sobre colores indefinidos con ligeros brillos metalizados.
La segunda jornada en Cibeles arrancó con el diseñador valenciano Francis Montesinos y su cosmos textil, con una colección -«Urania»- que brilló con luz propia, en la que rinde tributo a la magia de la luz del cielo y sus estrellas con tejidos en blancos, grises y azules, empolvados con el dorado o el plateado.
Las gasas y organzas naturales dejan vaporosos vestidos, con mucho escote asimétrico y abundancia de drapeados, que en ocasiones pasan del color único a un degradado.
Francis Montesinos, que decoró la pasarela con una vía láctea floreada, plantea en sus creaciones vestidos y blusas con dibujos cósmicos, en una paleta de colores que van del blanco al gris perla pasando por el rosa, que utiliza sobre todo para sus abrigos, vestidos y capas de punto de hilo con ochos.
El diseñador se apoya en los tejidos de algodón y en los voiles de seda, aunque lo más llamativo de su colección son sus novias en tonos degradados, con detalles en oro y plata y tocados estrellados.
Agatha Ruiz de la Prada puso broche a la primera jornada con una colección fiel a sus principios coloristas, pero algo más contenida en ciertas blusas de estampado diminuto que miran a los años cincuenta Autor:
La originalidad estuvo presente durante todo el desfile de Agatha Ruiz de la Prada que, de nuevo, sorprendió hasta con los diseños en sus complementos.
Una modelo vestida al estilo «menina» pero con clara influencia del estilo que caracteriza a Ruiz de la Prada, cerró la noche de la primera jornada de Cibeles.
Ángel Schlesser se inscribe en el sector clásico de Cibeles. El santanderino se inspira en la sastrería de los ochenta e incluye aquellos trajes de chaqueta y pantalón de otro tiempo. Autor:
Se esmera en su colección de noche, con una revisión del esmoquin -pantalón de lamé negro y chaqueta blanca en algodón técnico- que usado de forma independiente puede resolver también la vestimenta del día.
Destacaron también en la línea de fiesta vestidos en blanco y negro de inspiración romana, acompañados por sandalias a juego.
Los modistos andaluces apostaron por los colores malvas y azulados en su colección para la primavera-verano del 2009.
Sin perder su toque flamenco, que se puede ver en los detalles floreados, ondas y volantes, los diseñadores apostaron por vestidos de corte asimétrico y rectos, con mezclas de texturas.
Vestidos largos que mezclan el color cámel con detalles dorados y con faldas vaporosas que ondean al caminar.
En el desfile de Victorio & Lucchino no faltaron los tradicionales estampados floreados en vestidos y camisas.
Arzuaga apostó por el negro en originales propuestas con tejidos sintéticos y plumas de colores que formaban sombras en la oscuridad de su pasarela.
Tras el negro, el blanco de la luminosidad que inundó la pasarela con las originales creaciones de la burgalesa.
En la jornada 1 de Cibeles se pudo ver la experimentación en las formas sobre la pasarela de la mano de Amaya Arzuaga.
El donostiarra Fernando Lemoniez presentó sus propuestas en la tarde de la jornada 1 de Cibeles. Sobrio y elegante, entre sus creaciones de corte geométrico destacó la austeridad de las formas y los colores planos.
Para la temporada Primavera-Verano 2009 Lemoniez apuesta por cortes clásicos y sencillos en vestidos frescos con escote cuadrado, poco ceñidos y como complemento estrella, el donostiarra propone gorros con forma de casquete.
Telas vaporosas para combatir el calor en diseños simples con forma de túnica para una mujer moderna, «casual» y elegante.
Devota&Lomba Descripción: Cibeles Madrid Fashion Week, antigua Pasarela Cibeles, arrancó con desfiles de sus diseñadores más consagrados. En primer lugar, Devota&Lomba.
La firma Devota&Lomba propone un look muy desenfadado pero chic que se apoya en colores sólido en complementos con mucho carácter tanto para él como para ella.
El brillo y la sofisticación se ha apoderado de las mujeres que vuelven a los tonos pastel y abusan del rosa.
Por su parte, Duyos ha pisado la pasarela madrileña en segundo lugar dejando muy alto el pabellón del estilo con mucho glamur.
El negro y el brillo también han formado parte de una colección muy estudiada y favorecedora.
Aires asiáticos y grandes mangas para camisas que emulan a un lujoso camisón y que se anudan es con finos cordeles.
Ailanto mezcla del exotismo del norte de Africa con la estética urbana de los 80.
El rosa también predomina en la colección del diseñador que se atreve con las rayas.
Los vestidos los presenta en curiosos estampados y con bolsillos para dar a la prenda un toque de versatilidad.