El proyecto europeo Vizier trabaja para elaborar nuevos medicamentos antivirales
Virus emergentes: un tema de salud pública cada vez más preocupante
Malaria, dengue o leptospirosis podrían expandirse en los próximos años
Que el cambio climático está modificando las migraciones y los ciclos reproductivos de los animales, que algunos árboles florecen antes de tiempo, o que otros, como el pino albar, buscan altitudes más altas ante la subida de las temperaturas, es algo que no puede cuestionarse. Pero el calentamiento global también afecta a la salud. Los expertos reconocen que el desplazamiento de especies hacia el norte puede provocar la presencia a medio plazo de mosquitos transmisores de enfermedades (malaria, fiebre amarilla, virus del Nilo, dengue, leptospirosis) que hasta ahora sólo se daban en zonas tropicales. Ante la amenaza real que suponen los llamados virus «emergentes», bien porque han aparecido recientemente, porque han cambiado de anfitrión al franquear la barrera de las especies, o porque se propagan fuera de su zona geográfica habitual, la UE ha puesto en marcha Vizier, un proyecto de genómica estructural, con el que se acumulan los conocimientos adecuados que servirán para elaborar nuevos medicamentos antivirales cuando sea necesario. Medicamentos Según recoge la revista de la Comisión Europea, Research.eu, Vizier (consorcio de 23 laboratorios europeos), pretende anticiparse a esa amenaza secuenciando los genomas de cientos de virus describiendo las proteínas indispensables para la replicación de los mismos e identificando en estas últimas los puntos cruciales que podrían ser bloqueados por la acción de algunos medicamentos. Se trata de disponer de «premedicamentos» adaptables a cada familia de virus, a los que, llegado el momento, los investigadores podrían recurrir para desarrollar rápidamente soluciones de defensa. Bruno Canard, del Laboratorio de Arquitectura y Función de las Macromoléculas Biológicas (Marsella, Francia), ha explicado que «Vizier nació a raíz de la crisis del SRAS (síndrome respiratorio agudo severo), sacando a la luz lo que temían los especialistas: la posibilidad de que un virus que pertenecía a una familia que se creía inofensiva para el hombre, se convirtiera de repente en un temible patógeno. El SRAS no es una mutación, sino un auténtico virus nuevo». La pregunta es, ¿cómo crear medicamentos contra virus que quizá no existan nunca? En este sentido, el equipo de Ernie Gould, del Centro para la Ecología y la Hidrología (Oxford, Reino Unido) y socio de Vizier, ha seleccionado 300 virus representativos de distintas patologías, centrándose en aquellos cuyo material genético está constituido por ARN, ya que son responsables de la mayoría de las enfermedades emergentes. Secuencian sus genomas y los comparan a través de la bioinformática para identificar en ellos las proteínas indispensables para la replicación viral. Después, se estudian las estructuras moleculares tridimensionales de estas proteínas en uno de los centros europeos de cristalografía con el fin de identificar los puntos indispensables para su actividad. Los datos son finalmente analizados por especialistas de la concepción de medicamentos a medida, que se encargan de validar la pertinencia de estos puntos y de definir las familias de compuestos químicos que podrían hacer diana para perturbar la replicación del virus. «La originalidad de Vizier consiste en reunir disciplinas hasta ahora poco relacionadas como epidemiología, genómica molecular, virología, cristalografía y concepción de medicamentos», afirma Canard. Tras una inversión de 13 millones de euros, los científicos de Vizier han logrado, entre otras cosas, secuenciar 180 genomas virales, analizar y purificar 150 proteínas indispensables para su replicación y describir cada mes cuatro nuevas estructuras proteicas. Se ha creado una unidad de aprovechamiento industrial que coordina la gestión de la propiedad intelectual y se patentan metódicamente las pruebas de diagnóstico. Además, se han firmado acuerdos para la prueba de un medicamento, uno con Sanofi Aventis, contra el virus Chikungunya, y otro con Novartis, para luchar contra el dengue. Se pretende, por último, comercializar en tres o cuatro años, por un coste inferior al 75% del precio del mercado, nuevas moléculas contra la gripe, el Sida, el dengue, la hepatitis y las fiebres hemorrágicas como el Ébola.