Identifican en ratones un gen que protege el cerebro de la ansiedad y el estrés
Un equipo del CSIC, dirigido por Alfredo Martínez, que trabaja en el Instituto Cajal (Madrid), ha descubierto que el gen de la adrenomedulina protege el cerebro de la ansiedad y el estrés. Los científicos observaron en ratones que aquellos individuos a los que se había suprimido este gen del sistema nervioso central se movían más que sus hermanos normales, pero con una mala coordinación motora. Los animales modificados genéticamente tenían más ansiedad y presentaban movimientos estereotipados, característicos del síndrome obsesivo-compulsivo. Los resultados obtenidos indican que la ausencia de este gen hace que las neuronas de áreas concretas del cerebro tengan un citoesqueleto más rígido, lo que tiene consecuencias perjudiciales en el comportamiento animal. Los animales que carecen de adrenomedulina cerebral son mucho más sensibles a los agentes que dañan el cerebro. Según ha afirmado Alfredo Martínez, «curiosamente, muchos de los defectos psicológicos observados en los ratones sin adrenomedulina se corrigen con la edad, de manera que en individuos de más de seis meses no se aprecian diferencias en animales con o sin el gen». Todo indica que tiene que haber un mecanismo de compensación dependiente de la edad responsable de esta normalización. Desde el CSIC se indica que los investigadores habían descrito con anterioridad que el cerebro en condiciones normales presenta niveles altos de adrenomedulina que aumentan en situaciones de daño cerebral. Los trabajos realizados hasta ahora por este equipo indican que la adrenomedulina es un factor que protege al cerebro tanto frente a las agresiones externas (isquemias, traumatismos), como a las internas (exceso de estrés y ansiedad). «En la actualidad, estamos trabajando en la búsqueda de sustancias de aplicación farmacológica que puedan aumentar la acción de la adrenomedulina cerebral y, de ese modo, poder frenar el daño producido por el estrés y la ansiedad excesiva», concluye Martínez.