El encuentro

EL PRESIDENTE Zapatero y el líder de la oposición se van a ver para hablar de la coyuntura económica en un momento en que todas las teorías del liberalismo económico se han puesto del revés. El Estado tiene que salir al rescate de los bancos para que el cataclismo financiero mundial no vaya a más. Eso es en definitiva lo que han aprobado los quince reunidos el domingo en París. O sea que quienes han gestionado mal, y han llevado al mundo al desastre van a recibir ayuda de todos nosotros, de los ciudadanos de a pie que somos los que sostenemos nuestros países con nuestros impuestos. Dicen que no hacerlo sería mucho peor, yo no lo sé, pero desconfío de que los impuestos de los ciudadanos sirvan para ayudar a los banqueros. Y es que resultaría una paradoja cruel que el Estado, o sea nuestros impuestos, salven a los bancos y luego vaya usted a pedir un crédito y le digan que no. Por lo pronto el presidente nos tiene que explicar porque asegura que nuestro sistema bancario es sólido como una roca y a continuación ha dispuesto unos cuantos miles de millones de euros para «inyectar» en los bancos. De todas éstas cosas hablarán Zapatero y Rajoy que por fin celebrarán entrevista después de que Zapatero haya estado jugando con el líder de la oposición al ratón y al gato. Es curioso lo poco que a nuestro presidente de Gobierno le gusta que le controlen o que le exijan que dé cuenta de sus actos. Zapatero, sea el asunto que sea, exige a la oposición que le dejen las manos libres, no le critiquen y le aplaudan. Lo exigió cuando negociaba con ETA y lo exige ahora que España, al igual que el resto del mundo, sufre el envite de la crisis financiera. Lo único que Zapatero espera de Mariano Rajoy es que éste le diga a todo que si y no le exija nada a cambio. Veremos de lo que son capaces el uno y el otro, porque lo que está claro es que en éstos momentos los ciudadanos quieren que nuestros políticos estén a la altura del problema y sean capaces de consensuar soluciones. Ni Zapatero puede pretender no ser controlado ni Rajoy tampoco puede pretender perder de vista lo pactado por Zapatero y los quince jefes de gobierno europeos en la cumbre de Paris. Veremos si ambos son capaces de estar a la altura de las circunstancias, es decir de que Zapatero no vuelva a engañar a Rajoy y Rajoy no vaya a Moncloa a hacer exclusivamente oposición a Zapatero.