Y todo, por tu cara bonita

Buena parte de las modelos que ahora la integran y la propia agencia en sí, nacieron casi a la vez. Es un buen comienzo. El Centro de Personalización de la Imagen entra en la segunda década de su existencia bajo las siglas de toda la vida, el CPI de siempre, antes en Gil y Carrasco, ahora en República Argentina. Ayer con Sara Barrenechea, Laura Barreales, Noelia Guisuraga o Beatriz Jarrín y hoy con Vanessa Blanco, Sara Redondo, Sandra Palomar, Xana Cheraka o Estrella Martínez. Cambian los nombres, que no las formas. Incólume al paso del tiempo, Amparo Blanco se mantiene al frente de tan prolífica escuela de profesionales de la imagen, aquí de azafatas en un congreso, allá de modelos para una sesión de fotos y al otro lado luciendo las últimas tendencias en ropa de diseño. "Antes los chavales (ellos y ellas) en general tenían más espíritu. Ahora nos cuesta cada vez más inculcarles el sentido de la disciplina y la superación y además la televisión nos está haciendo mucho daño. Es muy complicado explicarle a una madre que intentas introducir a su hija en esta profesión con todo lo que se ve luego". Alrededor de 30 jóvenes buscan bajo el sello de CPI un pequeño espacio en el complicado mundo de la pasarela y sucedáneos. "Nos están marcando estereotipos falsos. Ni en León ni en España te encuentras por la calle niñas con una talla 32 como están sacando a veces las top models, y luego vienen las anorexias y todo lo demás. Es indignante el prototipo de mujer que están metiendo en la cabeza a la gente y estamos empezando a tener el mismo problema con los chicos. Ya hay casos de chavales y si no se pone remedio, no sé dónde va a terminar todo esto". A los veintitantos ya se pueden lucir los galones de la veteranía bajo los focos. Le pasa a Estrella Martínez, que un día dejó Córdoba (que no el acento) y se embarcó en la aventura de mezclar en el currículum la danza y el estilo. "Nunca te planteas hasta cuándo vas a durar en esto. Yo sólo sé que me gusta lo que hago y es suficiente". Sara Redondo tiene el mismo desparpajo colocando pares de zapatos en Calzados Mari Paz que cambiándose de atuendo en un santiamén, cuando el flash de la cámara se ha apagado: "Si no tienes vocación, olvídate. Prácticamente he crecido" -y mucho por lo que se ve- " haciendo esto desde los 18 años y me siento a gusto". Xana Cheraka procede de padre marroquí, madre francesa y abuelos andaluces. De día estudia oposiciones, de tarde devora kilómetros en las pistas de la Universidad de León para entrenar el "milki" (su especialidad en el equipo de atletismo es la prueba de 1.500 metros) y de noche se mece sobre el terciopelo del escenario, cuando toca pase de modelos: "Los amigos aceptan que te dediques a esto sin problema, no te causa más trastornos que hacer cualquier otra cosa. Lo compaginas perfectamente". En lo que las nuevas generaciones del CPI siguen dando sus pasos, la crisis se deja notar, pero menos: "El principio ha sido duro para todos", reconoce Amparo Blanco. "Pero en estos últimos meses ha habido bastante movimiento". Así sea para otros 20 años más, como poco.