El «progreso» impuesto extermina a los indígenas
Para las sociedades avanzadas e industrializadas, los conceptos de desarrollo y progreso están indisolublemente unidos a un futuro más próspero y de mayor calidad de vida. Sin embargo, estos cánones de percepción no son iguales en los pueblos y tribus indígenas, sobre todo cuando el concepto de «progreso» y avance no procede de su propia evolución, sino que les vienen impuestos por los países más desarrollados. Según Survival International, un movimiento internacional a favor de los derechos indígenas, los pueblos tribales forzados a abandonar sus tierras en pro del 'progreso' sufren un grave deterioro de su salud y bienestar y, entre sus miembros, se disparan las tasas de adicción, depresión y suicidio. Este progreso obligado sume en la desesperación a tribus autóctonas y aborígenes, al tiempo que destruye su felicidad ancestral. En puridad, se puede hablar de exterminio, según Miguel Ángel del Ser, portavoz de la campaña iniciada por Survival bajo el clarificador título «El progreso puede matar», un informe que recoge espeluznantes datos sobre las consecuencias que tiene para los indígenas el desarrollo forzoso, sin que sean ellos los que controlen su adaptación a un mundo cambiante. Empobrecimiento, sida, prostitución, enfermedades sexuales, inanición, obesidad, diabetes, sarampión, adicciones a las drogas y al alcohol o suicidios constituyen la pavorosa ristra de consecuencias que para los pueblos nativos tiene adaptarse a la fuerza al progreso occidental. Survival, aclara Del Ser, «no rechaza el progreso», si bien estima que deben ser los propios pueblos indígenas «los que decidan su futuro y tengan su propia evolución». Sostiene, además, que estas tribus pueden ser más pobres que los sectores más avanzados del país donde se asientan, «pero su calidad de vida es superior a la media nacional». «Son más felices si se les deja en sus tierras». Ahora bien, los pueblos con culturas ancestrales que han sido destruidas, sobre todo por la imposición de abandonar sus tierras, han caído en un abismo de desesperación.