Diario de León

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VIENDO lo que pasa o se viene encima, sólo se te ocurrirá una palabra: ¡manteca!... Manteca se decía antes para significar lo fetén; y si la cosa era extraordinaria, ¡manteca fina!... Aquí se dice siempre manteca a lo que llamaban por ahí mantequilla, mira qué finos ellos. Y manteca sólo podía ser de leche de vaca; la grasa de cerdo era unto y la de oveja sebo. De la manteca viene la mantecada y el mantecao , que lo hay de tantas hechuras y recetas como el gazpacho o los quesos. Así que en todo la Iberia celtorra y goda preñada de herencias moras reposteras hay siempre un fruto de horno con olor de mantecado o bizcocho, esponja dulce de harina, huevo y azúcar, manteca mediante. Manteca también significa dinero, pasta cruda y, generalemente, morterada. La banca, pues, es mantequera. Y como la manteca es grasa, lubrica y facilita penetraciones; que se lo digan, si no, a Marlon Brando, a De la Rosa o al Pocero. Tal es la bondad y excelencia de la manteca repostera, que «comerse un rosco» significa lo mismo que «echar un mantecao» (cuando el español come, siempre piensa en lo mismo; y cuando el banquero se queda con la manteca, ponte en lo peor). Una raza bovina medio desaparecida que en vano pretendió Cordero del Campillo rehabilitar en nuestra cabaña fue la «mantequera leonesa», la vaca de más grado de grasa en su leche. Nos dio fama por ahí. Las de León fueron mantecas de mucho renombre. Las de Babia eran reverenciadas en los Madriles desde tiempos del rey Carolo, el que llenó de fuentes España para que no tuviéramos que beber siempre a morro, como los bueyes. Y teníamos mantecas raras, como la que se hacía en los puertos de Laciana donde se les ocurrió un día la genial bobada de Abundio, ¡asar la manteca!, descubriendo así que, solidificada de nuevo, se retrasaba el arranciamiento y podían llevarla a vender más lejos. Y si fardabas de tener manteca de Riaño o Boñar causabas siempre admiración, aprobación y... te pedían la prueba por la cara. A la manteca bancaria la están asando también al uso pastorón de Leitariegos: el calor bursátil la está fundiendo y... se escurre, se arrama... o desaparece. Eso dicen los bancos. Pero cuando se de por perdida y vuelva a solidificarse... ¿quién será su dueño?...

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