| Reportaje | Muerte en la carretera |
El desprecio a la vida
Los psicólogos trabajan en la tipología de los kamikazes o conductores en sentido contrario, quienes tienen como característica común el no sentir ningún apego a estar vivos
El desprecio a la vida. Esa es la característica común de todos los kamikazes, que buscan acabar con sus demonios matándose en la carretera. No hay que confundirlos con los llamados conductores en sentido contrario, como dice la Dirección General de Tráfico (DGT). Estas últimas son personas que se equivocan de dirección. Sin más. Sin malicia. Puro despiste. Según los últimos datos de la DGT, en 2006 hubo 65 «incidentes» de este estilo, mientras que se contabilizaron 93 accidentes con coches en sentido contrario. El último caso Un número indeterminado de estas colisiones fueron provocadas por kamikazes. El último de estos accidentes se produjo en la madrugada del viernes en Madrid. Un hombre de unos 40 años falleció tras chocar contra una furgoneta frigorífica en el kilómetro 32 de la M-501, una carretera desdoblada. Según los primeros indicios, el conductor iba en sentido contrario. El doctor Francisco Alonso, responsable de una investigación sobre salud vial de Attitudes, reconoció que elegir el coche como método de suicidio tiene dos poderosos argumentos: es fácil y tiene una escapatoria si hay arrepentimiento. Sin embargo, estas dos premisas se diluyen cuando se habla de kamikazes: «Desea inmolarse pero al mismo tiempo hacer daño a los demás porque atribuye su malestar, sufrimiento, frustraciones (y en definitiva, inadaptación) a los demás. Esto le ocasiona una necesidad imperiosa de castigarlos haciéndoles daño con el vehículo. De este modo, consigue expresar y liberar su ira y poner fin a una vida insatisfactoria y frustrante». De esta manera, el suicida demuestra su desprecio hacia la sociedad. El kamikaze se puede clasificar en cuatro apartados. El primero es el «kamikaze pirado», formado por personas imprudentes. El segundo grupo son los «kamikazes frustrados». Los individuos con problemas de adaptación o de personalidad son los llamados '«kamikazes egoístas». Por último, están los «kamikazes hedonistas» que se juegan la vida por puro placer.