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Cosas de aquí

La raza real del burro

La Familia Real española regaló a la reina doña Sofía en la celebración de su 70 cumpleaños una pareja de asnos zamorano-leoneses de ocho meses que ya están en sus cuadras

Publicado por
R. López - león
León

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Las cuadras del palacio de La Zarzuela cuentan con dos nuevos animales. Un macho y una hembra de burro de la raza zamorano-leonés de ocho meses de edad que la Familia Real española le regaló a la reina doña Sofía por su 70 cumpleaños. Un obsequio que supone un guiño a la afición de la monarca nacional por las razas en peligro de extinción y que, de manera indirecta, pone en el escenario a un animal maltratado por la creencia popular y el abandono de los ganaderos que en otro tiempo lo usaron como instrumento de trabajo. El regalo fue adquirido por miembros de la Casa Real a la asociación Nacional de Criadores de raza asnal zamorano-leonesa (Aszal) «dos días antes» de la onomástica de la esposa de don Juan Carlos I de Borbón, Rey de España, según asegura el presidente del colectivo, Jesús de Gabriel Pérez, quien señala que los compradores del animal se identificaron y pidieron que se tratara el tema «con discreción». «Luego, nosotros les llevamos la pareja de burros hasta una determinada zona y ni siquiera entramos más allá», detalla el dirigente con prudencia, sin ofrecer ningún dato de la transacción que ha terminado con dos de sus animales asentados cerca de la realeza. De Gabriel desconoce cuál es la intención de la reina ahora, pero adelanta que los miembros de la asociación están «a disposición de los empleados de las cuadras del palacio de La Zarzuela, que estarán más acostumbrados a los caballos, para asesorarles y ayudarles en lo que necesiten» con relación a los cuidados que requieren los burros zamorano-leoneses que acaban de sumarse a la lista de pertenencias de los monarcas nacionales. La simpatía de la reina de España hacia estos animales ya se ha comprobado en anteriores ocasiones, como cuando amadrinó varios asnos de raza andaluza o cuando subió a la acrópolisis de Lindos, en la isla de Rodas, a lomos de un burro durante su última visita a su país natal, Grecia. La suma de circunstancias le concede «un reconocimiento especial» a la asociación de criadores, que se muestra «orgullosa de que una persona de este rango se fije en el trabajo realizado». Seña de identidad en otro tiempo, el zamorano-leonés vuelve a ganar importancia gracias a la labor de Aszal, donde se suman «400 socios con 900 animales, de los cuales 300 son hembras que paren 120 crías al año», apunta De Gabriel, quien señala que «el 90% están en Zamora, aunque cada vez hay más en León, Salamanca e, incluso, Madrid».

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