Diario de León

La cifra podría representar un coste económico equivalente al 5% del PIB global anual

El 60% de los servicios que prestan los ecosistemas no están valorados

Un estudio analiza el beneficio global de la biodiversidad y los costes de su pérdida

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Miguel J. Tré - león
León

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En las tres últimas décadas se ha producido una pérdida de biodiversidad sin precedentes, con una caída general en las tendencias demográficas. Según la última edición del Índice Planeta Vivo, medida obtenida del estudio de la evolución de 5.000 poblaciones de 1.686 especies, la biodiversidad ha descendido en un 30% en el periodo 1970-2005. Esta dramática pérdida de riqueza natural ha llevado a que los bosques tropicales se hayan reducido el 60%, debido principalmente a la deforestación y transformación de los usos del suelo. Además, ha desaparecido un 20% de las aves y uno de cada cuatro mamíferos está en peligro de extinción, como ya recogió el estudio presentado en el último Congreso Mundial de la Naturaleza. Los expertos aseguran que la tasa de extinción es cien veces superior a lo natural y se prevé que los datos empeoren con el cambio climático hasta el punto de que para mediados de siglo puede haber desaparecido el 11% de la biodiversidad terrestre. Si tenemos en cuenta sólo los beneficios más significativos que recibimos de los bosques, esto podría representar un coste económico equivalente al 5% del PIB global anual. Valiosos servicios Coincidiendo con la celebración en Bonn (Alemania) de la novena Conferencia de las Partes (COP-9) del Convenio sobre Diversidad Biológica, se dio a conocer un avance del estudio «La economía de los ecosistemas y la biodiversidad» (Teeb, por sus siglas en inglés), que recoge los primeros resultados de un trabajo sobre la biodiversidad y los ecosistemas puesto en marcha en el año 2007. Según se indica en la revista Medio Ambiente para los Europeos, el Teeb revela que muchos de los valiosos servicios que prestan los ecosistemas como controlar la erosión, proporcionar agua de calidad, conservar hábitats para flora y fauna, obtener productos renovables (madera, caza y pesca, frutos, corcho y biomasa), fijar CO 2 y depurar el aire, no son contabilizados en la actividad económica o sólo se hacen de forma parcial. No obstante, el estudio también señala avances en el desarrollo de herramientas económicas para evaluar el valor de mercado de estos servicios vitales de los ecosistemas. Desde la citada publicación se afirma que la puesta en marcha del trabajo, cuyos resultados definitivos se darán a conocer a finales de 2009, se ha basado en tres tendencias convergentes, la necesidad de que hay que hacer más para cumplir con el objetivo marcado por el Convenio sobre Diversidad Biológica de reducir la pérdida de biodiversidad para el año 2010; el informe Stern sobre la economía del cambio climático, que subrayó la importancia de dar a conocer las consecuencias económicas de problemas medioambientales complejos, y avanzar sobre los resultados de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio. Esta última es una buena plataforma para los científicos. Según concluyeron los cerca de 1.400 expertos que entre los años 2001 y 2005 evaluaron las consecuencias de la pérdida de los servicios vitales de los ecosistemas para los seres humanos, está amenazado el 60% de los mismos, con graves consecuencias para la calidad de vida y el desarrollo económico. La Evaluación también remarcó la necesidad de avanzar en el conocimiento científico sobre la pérdida de diversidad biológica ya que, aunque puedan establecerse paralelismos entre ella y las consecuencias del cambio climático, hay que hacer más estudios. Afirman los expertos que se necesitan muchos indicadores para medir el descenso de la biodiversidad, debido a la variedad de ecosistemas, genética y especies. Además, todavía no existe un modelo económico integral para evaluar y predecir las consecuencias económicas netas de la pérdida de diversidad biológica y de las políticas para limitarla, mientras que ya se han desarrollado y usado buenos modelos para el cambio climático.

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