El cachete no educa
El Consejo de Europa lanza una campaña contra el castigo físico a los niños. Algunas estadísticas cifran entre el 45 y el 50 el porcentaje de adultos españoles tolerantes con estas prácticas
Hay campañas de sensibilización que van a favor del viento y otras que se enfrentan a usos arraigados y difíciles de alterar. Es el caso de la campaña «Levanta la mano contra el castigo físico» del Consejo de Europa, que choca contra la inveterada costumbre de muchos padres de solventar crisis filiales con un buen sopapo. Se trata de una práctica tan extendida como censurable. No hay estadísticas oficiales y apenas estudios serios sobre el alcance real del castigo físico a los niños, pero se sabe que es generalizado en la mayor parte de los 47 países miembros del Consejo. Sólo Suiza tiene el problema bien aquilatado y, quizá por eso mismo, resulta casi insignificante, con un escaso 5 por ciento de adultos que practican o toleran los correctivos físicos. En el resto, los porcentajes varían entre un 45 y un 80 por ciento. En la parte más alta de esta tabla figurada estarían países como Francia, República Checa o Grecia. En cuanto a España, se calcula que el fenómeno rondaría el 45 ó el 50 por ciento, aunque se trata de una cifra «más bien orientativa» y de paternidad desconocida, admitió Elda Moreno, directora del programa «Construir una Europa para y con los niños» del Consejo de Europa. Día de la Infancia Como sea, en vísperas del Día Mundial de la Infancia, ayer, el Consejo presentó la campaña «Tus manos son para proteger. Levanta la mano contra el castigo físico». Se difundirá a través de todas las cadenas de televisión de ámbito nacional y autonómico para concienciar a padres, educadores y a los mayores en general de que los niños «no son mini personas con mini derechos», ni se les debe someter a conductas -bofetadas, cachetes, azotes, gritos, vejaciones, etc- que ningún adulto toleraría.