Caja España invierte en ilusión

león

El presidente de Caja España, Santos Llamas, inauguró de forma oficial la iluminación navideña que desde anoche decora la fachada principal de la sede de la entidad en la Plaza de Botines. El acto también se convirtió en una muestra de confraternización con los medios de comunicación leoneses».

«Quiero agradeceros a todos el cariño y la amistad de este año que está a punto de vencer y agradeceros la generosidad que habéis tenido con la institución, con la caja y con mi persona. No hay ningún punto oscuro que me pueda llevar a pensar que ni mi persona ni la institución hayan sido mal tratados por los medios de comunicación de León. Estoy especialmente agradecido y espero que el próximo año sigamos siendo amigos».

«Os animo», insistió Llamas «a que sigamos igual y que por lo menos podamos mantener la misma amistad. Cuando se habla con amigos todo es mucho más fácil. Espero de vosotros esa amistad que sabéis que habéis tenido de mí y que vais a seguir teniendo».

El presidente de la primera entidad financiera de Castilla y León felicitó a los clientes de Caja España y a toda la sociedad leonesa: «Espero que para todos sea un buen año y que transmitáis desde los medios de comunicación el optimismo necesario», finalizó Llamas su alocución.

La inauguración incluyó un espectáculo de luz al que este año se le suma un espectacular montaje de sonido, aunque el horario respetará escrupulosamente el descanso de los vecinos. «Navidad», «Ilusión», «Sueños», «Alegría», «Celebración», «Felicidad», «Tradición», «Familia», «Paz», «Fantasía» y términos de características similares fueron apareciendo proyectados sobre la fachada de Botines, mientras cada vez más curiosos se acercaban a contemplar el espectáculo, especialmente generoso en imaginación y watios.

Después de los motivos navideños, sobre la fachada apareció el logotipo de la entidad, el toro que se ha convertido en su seña de identidad. Desaparecida su figura, el láser fue recorriendo las ventanas de la fachada principal y dibujando ilusiones ópticas, hasta recrear con especial realismo los copos de nieve tradicionales de las fechas y unas burbujas especialmente simpáticas salidas de no se sabe qué particular botella de champán.

Un imponente «Feliz Navidad» despidió el espectáculo, después de que la particular libélula que centralizó buena parte del último sector de la puesta en escena fuese iluminando cada rincón del celebérrimo Edificio Botines.