Los médicos aconsejan un tratamiento multidisciplinar con fármacos

r. h. | madrid

Desde el punto de vista médico, el tratamiento de estos trastornos debe ser multidisciplinar, terapéutico pero también farmacológico. «Se trata de evitar que el niño pierda su autoestima y la confianza en sí mismo, que se sienta un fracasado y pierda a los amigos. Porque esto le llevará en el futuro a un fracaso profesional y social. Hay que utilizar todos los medios a nuestro alcance, incluidos los fármacos, aunque tengan mala fama», dice Artigas. Y es que, arguye, considerar que dar medicamentos a los niños es perjudicial «es un error». «Si nos dijeran los efectos secundarios de una hamburguesa, seguro que supera la del 90% de los fármacos que se utilizan», argumenta.

Sin riesgos

«Las medicinas bien utilizadas y en manos expertas no ofrecen riesgos, porque tenemos garantías de unos estudios clínicos exhaustivos. No hay que suministrar fármacos de manera alegre e innecesaria, pero cuando son necesarios hay que mirar los dos platillos de la balanza: los efectos secundarios de los medicamentos, de un lado, frente al fracaso del niño, de otro». La tesis de este experto es que las medidas psicológicas «no siempre son suficientes». Pero, remacha, «por encima del fármaco, muy por delante, se sitúa la necesidad de comprender el problema». El tratamiento farmacológico puede ser, por ejemplo, necesario, ante niños con depresión, una circunstancia que afecta a entre un 2 y un 3% de la población infantil.