Tras transferirles un gen, aumentan su capacidad de absorción y resistencia al contaminante
Desarrollan una línea de álamos que descontaminan suelos con explosivos
La caída de las hojas o su consumo por los herbívoros no representan ningún riesgo
león
Después de cinco años de investigación, científicos del CSIC han logrado modificar álamos para descontaminar aguas y suelos con restos de trinitrotolueno (TNT), un explosivo altamente tóxico y de difícil eliminación que se encuentra en amplias zonas de Europa y Estados Unidos debido, sobre todo, a las guerras y la fabricación de armamento. En el trabajo, publicado en la revista Environmental and Science Technology, se asegura que las plantas actúan ante el TNT como si fueran un «hígado verde» a través del cual el contaminante es convertido en una sustancia inocua, siendo absorbido por los tejidos vegetales.
Aunque todos los árboles tienen enzimas que atacan a los contaminantes, su eficiencia es superada por las de algunos microorganismos, por lo que la capacidad del árbol se puede mejorar si se le transfieren estas últimas. Según se indica desde el Departamento de Comunicación del CSIC, investigadores de la Estación Experimental del Zaidín (Granada) y del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia (Santiago de Compostela), incorporaron al álamo temblón el gen pnrA de la bacteria Pseudomonas putida, que tiene un alto índice de reducción de TNT y de otros compuestos nitroaromáticos. Los resultados muestran que los álamos modificados toleran hasta 57 miligramos de TNT por litro y más de 1.000 por kilo de suelo antes de que su crecimiento se detenga, frente a los 11 y 500, respectivamente, de los no modificados.
En conclusión, la incorporación del gen de la bacteria mejora la capacidad del álamo para tolerar, crecer y eliminar TNT tanto de aguas como de suelos contaminados donde la biodisponibilidad del contaminante es reducida. Además, la investigación ha demostrado que, una vez absorbido por las raíces, es muy poco el contaminante que es transportado al tallo, por lo que la caída de hojas o su consumo por herbívoros no suponen ningún riesgo. La investigación concluye también que es más adecuado usar plantas de más de cuatro meses para la biorremediación in situ.
Difícil de eliminar
El TNT es un explosivo muy tóxico para los seres vivos, resistente a la degradación biológica y difícil de eliminar. En la actualidad se emplean la excavación y la incineración, procesos caros y nocivos para el medio ambiente. Según los autores del estudio, existen otros métodos más económicos como el compostaje, pero su implementación es más limitada y a menudo sin datos fiables.
La biorremediación con árboles, aunque aún en fase experimental, se considera una alternativa prometedora. Los árboles tienen una resistencia intrínseca a muchos contaminantes, bajos requerimientos nutricionales y un largo ciclo de vida. «Dentro de los árboles, los álamos son especialmente apropiados porque tienen unas raíces muy profundas capaces de llegar a los acuíferos, una alta transpiración que les permite bombear grandes cantidades de agua y contaminantes y un crecimiento rápido», asegura Pieter van Dillewijn, de la Estación Experimental del Zaidín. Además son fáciles de transformar genéticamente y, al haberse usado plantas hembras, no hay riesgo de dispersión del transgén por polen.
De todas formas, el método no es perfecto ya que es un proceso lento, que podría tardar 10 o más años. Además, hay un umbral máximo de contaminación para la planta y, por otro lado, no está claro qué pasa con los derivados del TNT una vez absorbidos por la planta o cuando ésta muere», reconoce el científico.