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El 80 por ciento de los bosques vírgenes han sido destruidos y el resto peligran

Publicado por
M. A. Pérez
León

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Aseguran los expertos que el 80% de los bosques vírgenes del planeta han sido destruidos o alterados y que el 20% restante está en peligro. Aunque son varias las amenazas, provocadas siempre por el ser humano, la tala indiscriminada y la explotación maderera destacan sobre las demás (explotaciones mineras y petrolíferas, embalses y carreteras, expansión agrícola y ganadera, especies invasoras, incendios forestales, cultivos para agrocombustibles, fragmentación de los ecosistemas y contaminación atmosférica). Conocidos también como bosques primarios, cubren la décima parte de la superficie terrestre, aunque se estima que cada año se pierden o modifican unos seis millones de hectáreas.

Según se afirma desde Greenpeace, sólo ocho países (Brasil, Surinam, Guyana, Canadá, Colombia, Venezuela, Rusia y Guayana Francesa) conservan grandes porciones de sus bosques originales en inmensos bloques ininterrumpidos. El gran tamaño de Indonesia, EE.UU. o Congo les permite albergar todavía bosques primarios, aunque la destrucción también ha sido importante. Por su parte, WWF/Adena asegura que en la pasada década se destruyeron bosques naturales para trasformarlos en plantaciones agrícolas y forestales a un ritmo de 16,1 millones de hectáreas al año, el 94% en zonas tropicales.

En un artículo que recoge la revista Consumer se indica que, además de ser el hogar de muchos pueblos indígenas, albergan las dos terceras partes de la biodiversidad terrestre, por lo que al alterarlos o destruirlos se pone en peligro la supervivencia de millones de personas y especies. Sin embargo, si son gestionados de forma sostenible, proporcionan madera y otros productos forestales, y son fundamentales para mantener las condiciones naturales del entorno, al evitar la erosión y regular el ciclo hidrológico. Al mismo tiempo, son importantes en la lucha contra el cambio climático ya que constituyen importantes sumideros de carbono.

Para reducir la destrucción de los bosques primarios, los expertos reclaman la creación de espacios protegidos y corredores, una gestión forestal sostenible de los mismos o repoblar las zonas deforestadas con especies autóctonas.

Por su parte, los consumidores pueden colaborar reduciendo, reutilizando y reciclando los productos de madera o consumiendo sólo aquellos con certificación forestal.