El cuerpo sin vida de Juana Cáceres, de 35 años, apareció el viernes en la vivienda familiar
Encuentran en un pozo al marido de la mujer estrangulada en Huelva
La pareja, que tenía dos hijas de corta edad, se había separado hacía sólo dos meses
sevilla
Un perro adiestrado de la Guardia Civil encontró ayer sábado en un pozo de Rociana del Condado (Huelva) el cadáver del Carmelo M. D., de 38 años, presunto autor de la muerte por estrangulamiento de su mujer.
El cadáver de Juana Cáceres apareció el viernes en su vivienda familiar con signos de haber sido estrangulada. La pareja, que tenía dos hijos de corta edad, llevaba dos meses separada, aunque no se ha registrado denuncia alguna por malos tratos. El juez que instruye el caso ha decretado el secreto de sumario.
Fuentes de la Guardia Civil de Huelva explicaron que sobre las 17 horas del viernes se recibió una llamada de un familiar alertando de la presencia de una mujer inconsciente en su domicilio de la calle Hermanos Álvarez Quintero de Rociana del Condado.
Cuando llegaron los servicios de emergencias sólo pudieron certificar su muerte. El cuerpo de Juana María Cáceres, de 35 años, no presentaba heridas ni rastros de sangre aunque tenía marcas en el cuello por lo que a espera de lo que determine la autopsia las primeras pesquisas apuntan a que pudo fallecer estrangulada o asfixiada.
Las mismas fuentes señalaron que puede tratarse de un nuevo caso de violencia de género, ya que el marido de la víctima, un hombre de 38 años identificado como C.M.D., se encontraba en esos momentos en paradero desconocido.
La víctima era ama de casa y trabajaba de forma esporádica como camarera en algunos establecimientos de la localidad, mientras que su marido se dedicaba a la construcción. La pareja tenía dos hijas de 9 y 7 años, que fueron trasladadas por su padre a casa de un familiar a primera hora de la tarde y antes de que se descubriera el cuerpo de la mujer. El matrimonio se encontraba en trámites de separación, al parecer por decisión de la víctima, y hacía casi dos meses que no vivían juntos, por lo que el hombre se había trasladado al domicilio de sus padres. Fuentes del caso confirmaron que no constaba ninguna orden de alejamiento o denuncia alguna por malos tratos, aunque desde el entorno de la fallecida aseguran que en alguna ocasión él amenazó a algún familiar con quitarle la vida a su todavía esposa.
Fuentes municipales lamentaron lo sucedido y explicaron que la población, de poco más de 7.000 habitantes, está conmocionada por lo sucedido ya que se trataba de una pareja «muy normal» que nunca había protagonizado un episodio violento. Mientras continuaban las labores de búsqueda del principal sospechoso, que por fin dieron resultado, medio millar de vecinos de la localidad se concentraban a mediodía ante las puertas del Consistorio para guardar cinco minutos de silencio en protesta por la muerte de Juana y para expresar su repulsa contra la violencia de género.