Diario de León

Creado:

Actualizado:

¿DÓNDE aprende ciudadanamente el político su Educación para la Política?... ¿A qué escuela van?...¿Por qué se elige entre políticos elegidos antes sólo por el dedo señorito de su partido?... ¿En qué quedó lo de las primarias, en alarde o cagalera?... ¿La larva de político nace o se hace?... ¿Por qué el arte de la política es una mentira gorda atada con lazos de seda y envuelta como regalo?... ¿Por qué la gente que dice que pasa de la política se condena tan tontamente a ser gobernada por tipos a los que sí les interesa muchísimo la política?... ¿Llegarán un día la luz y los taquígrafos al fondo de un despacho, a la trastienda de una cena o a una montería donde secretean cargos, autoridades, pelotas y arrimados?... ¿Por qué el político que no ve, no oye y no habla es el que más dura?... ¿Qué asignaturas debería aprobar un político o les es suficiente Contabilidad manejada al dedillo?... ¿Cuántos entienden que «no sólo no se debe ser puta, sino además no parecerlo»?... ¿Y cuántos están encantandos de que la política exija tantas veces tener extraños compañeros de cama; y ¡viva el hecho, el lecho y el cohecho!?...

Gallegos y vascos andan electorales estos días. Sus tierras políticas son de mucho mar revuelto y salen ahora en los telediarios rutinariamente como si fueran «el tiempo», pero llamando a las borrascas Pepiño o Ibarretxe y a los temporales Bloque o Batasún... La cosa es que están desfilando por la pantalla y los boletines muchos políticos profesionales. Algunos lanzan flechas, otros hacen el indio y se vestirían de míster Spok si llegara el caso, que llegó. Que coincida la campaña electoral con los carnavales lo tomaremos como una demasía innecesaria, redundante.

Me aburren. No se oyen discursos hondos o brillantes últimamente, o sea, desde hace setenta años, cuando Ortega y Gasset mitineaba en Las Ventas de Madrid o en un teatro de León buscando su acta de diputado por Valderas. Supongo que el marketing electoral establece que las arengas sean tochas y elementales para que llegue el «conceto» al despistado de voto y al sudao, de sudársela.

En fin, el asunto es: ¿Para cuándo las listas abiertas?... ¿y las cuentas claras, las manos quietas, la libertad parlamentaria de voto, la democracia cierta, los discursos inteligentes y las declaraciones sinceras?...

tracking