Un 40 por ciento de las especiesde agua dulce están en peligro

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Los datos que maneja la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) indican que un 38% de las especies de agua dulce del ámbito mediterráneo sufren algún grado de amenaza de extinción. De las aproximadamente 27.400 especies de hábitats de agua dulce que hay a nivel global, IUCN ya ha evaluado 6.000, de las que 1.900 corresponden a especies mediterráneas entre las que se incluyen anfibios, aves, peces cartilaginosos y endémicos de agua dulce, cangrejos, mamíferos, libélulas y reptiles. En concreto, un 19% se encuentran «en peligro de extinción», un 5% «en peligro crítico», un 7% «en peligro» y otro 7% están catalogadas como «vulnerables».

La situación más crítica se da en las áreas secas del Mediterráneo, lo que ha dejado algunos ríos sin agua en los meses de verano, algo que se ha agudizado por los impactos del cambio climático. Las zonas con mayor nivel de amenaza incluyen los tramos inferiores de los ríos Danubio, Dniestr, Dniepr, Volga y Ural, la Península Balcánica y el sudoeste de España.

Amenazas

En el caso de los peces de agua dulce, de las 253 especies censadas en el ámbito europeo, el peligro de extinción se eleva al 56%. La mayor concentración se encuentra en la cuenca baja del Guadiana (sur de España y Portugal), seguida del Bajo Orontes (sur de Turquía) y el Lago Kinneret (Israel). Están en peligro crítico la anguila europea, el gobio, que vive en Crimea y Ucrania, y el corégono ammerse, en Alemania. La lista roja también incluye la bogardilla, que depende en gran medida de los niveles de lluvia, y el jarabugo, que habita el suroeste de España y Portugal y cuya población se ha reducido en un 50%.

William Darwal, responsable de programa de especies de IUCN, ha asegurado que el nivel de peligro por el que atraviesan los peces es muy superior al de las aves o los mamíferos, debido al desarrollo y crecimiento de la población europea en el último siglo. Recordó, además, que muchas de las especies en peligro no son consideradas ni carismáticas ni tienen un valor aparente para la gente, por lo que raramente atraen los fondos necesarios para su conservación, y sólo unos pocos percibirán su desaparición. Sin embargo, «son una parte importante de nuestro patrimonio y esenciales en los ecosistemas de agua dulce de los que dependemos, para la purificación del agua y el control de las inundaciones», aseguró.

Desde IUCN se recuerda que la diversidad de especies de agua dulce es muy alta comparada con la de otros ecosistemas. Aunque los hábitats de agua dulce cubren menos del 1% de la superficie del planeta son el hogar de más del 25% de todos los vertebrados descritos, más de 126.000 especies de fauna, y de unas 2.600 plantas macrofitas. Estos ecosistemas proporcionan importantes bienes y servicios ya que, además de una fuente de alimentación, son esenciales para obtener agua potable, el saneamiento, la obtención de materiales de construcción y el control de inundaciones y la erosión.

La organización internacional alerta, además, que una de las amenazas que más influye en las especies del ámbito mediterráneo son los embalses, asegurando que, «las presas alteran de forma drástica los procesos hidrológicos, reducen la cantidad de agua disponible, bloquean las rutas migratorias y pueden llegar a afectar a la reproducción». A ello se añaden contaminación, altos niveles de extracción de agua, drenaje de los humedales y canalización de los ríos, deforestación y sobreexplotación (caza, pesca y otros recursos).

También se insiste en que las especies invasoras (ratas, gatos, cangrejos, mejillones o plantas tropicales) causan estragos entre flora y fauna al desplazar de sus hábitats a las autóctonas llevándolas en ocasiones a la extinción. Además, el cambio climático, la creciente escasez de agua y los objetivos del desarrollo como lograr un mayor acceso al agua potable y al saneamiento tendrán repercusiones en el futuro.