Cosas de aquí | Gerineldos y Rodrigos
En el reino de León, el casto Alfonso reinaba...
«Romancero», de José Luis Puerto, sobre uno de los aspectos culturales más antiguos y sugestivos de nuestra tierra, es el libro que mañana entrega Diario de León a sus lectores
león
«En las montañas de León/ donde nieva noche y día/ en largas noches de invierno/ estas coplillas se oían»...
El romancero leonés, parte singularmente rica y variada del romancero hispánico, centra el volumen número 31 de la Biblioteca Leonesa de Tradiciones, que mañana entrega el Diario a sus lectores al simbólico precio de 1,90 euros junto con el periódico. Bajo el título de Romancero , el etnógrafo, profesor y escritor José Luis Puerto disecciona con todo detalle y afán divulgador este aspecto tan sugerente de nuestra cultura tradicional, cuyo origen, alcance geográfico, temática y ramificaciones son muy poco conocidas entre la ciudadanía. Las historias del rey Rodrigo, de los doce Pares de Francia, de Gerineldo, de Bernardo del Carpio, del arriero de Bembibre, de Suero de Quiñones o de la Dama de Arintero, incluso de la mismísima Pícara Justina, forman un intrincado complejo narrativo que salta los oceános y llega a los más apartados lugares del mundo alcanzados por nuestra cultura. «El romancero es un vasto territorio poético -”lo define Puerto-”, tanto en el tiempo (desde el final de la Edad Media hasta hoy), como en el espacio (la Península Ibérica, las comunidades sefardíes del Mediterráneo, América)». «Se trata del gusto por contar y por cantar, conjugando el molde poético y las melodías, para convocar auditorios capaces de asombrarse, ansiosos por conocer la muerte del príncipe don Juan o las penas del prisionero cuando la primavera estalla... Pero también desciende a los estratos más populares para narrarnos sucesos feroces, andanzas desgraciadas, historias pasionales, avatares históricos, capeas novelescas, etc.», añade este salmantino afincado en León, gran estudioso y recopilador de nuestras tradiciones.