Atérrate, oh Fabio

ATERRARSE ¿qué es?, ¿aterrorizarse de terror y cagalera o hacerse de tierra y asolarse?... porque también suena a «todo el mundo al suelo», tejeramente dicho y con pistolón blandido para que no se discuta la orden. En la prensa económica de papel salmón se conjuga mucho este verbo desde hace unos días con demasiada alegría, ignorando quizá que aterrarse es palabra con una bala en cada sílaba.

La pistola del afamado Paul Krugman, «nóbel» de Economía, es su indiscutible prestigio mundial en la ciencia de los dineros y, con esa autoridad en la mano alzada, advirtió a Zapatero y a toda esta parroquia ahuevada que para España «la perspectiva económica es aterradora». ¿Aterradora solamente? ¡Ostí, cagonlaputa!, búsquese inmediatamente otro adjetivo, porque la peña empieza a no controlar esfínteres y nos va a oler el miedo por la culera.

Bien al contrario, don Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos de Norteamérica del Norte , le echa mucho bálsamo al catastrofismo y predice un «menos lobos» asegurándonos que a finales de este año comenzará a declinar la crisis morrocotuda y veremos resucitar la moribunda economía con su estaribel financiero como si nada; bueno, sin pleno empleo nunca, pero con un ¡viva Wall Street y viva el dios que nunca muere! (y no cantó además un tranlarán-larito por no parecer un mirlo blanco en un guindo de los de caerse).

¿A quién creer?...

Murphy con sus leyes sugiere siempre un «ponte en lo peor»: la tostada siempre besa el suelo con la cara que se untó de mantequilla... y lo malo siempre es susceptible de empeorar. Lo define con más tino la abuela joven de refranero viejo: «Este mal que no mejora... no es de ahora».

En cualquier caso, no salimos del enigma, se habla demasiado, se aclara poco, se confunde por sistema... y se nos engatilla el aparato.

Así que, Fabio, deja de aterrarte por lo que ni ellos saben definir y repara en ese miedo que te siembran aquí mismo, donde el cáncer de colon tiene el doble de incidencia que todas las provincias que nos rodean. ¿Y por qué?, ¿cual es el misterio?, ¿quién lo despejará?...

...¿y qué será peor, que te violen la cuenta los del crack financiero... o que te den por el colon?... no sé, no sé.