El medicamento, que ha causado 142 muertes, contenía alcohol utilizado para líquido de frenos
Panamá investiga a una empresa española que exportó jarabe tóxico
Rasfer Internacional, con sede en Barcelona, distribuyó el producto gratis en zonas pobres
agencias | madrid
La fiscalía de Panamá ha solicitado la extradición de la española Ascensión Criado Martín, de 58 años, administradora y accionista de Rasfer Internacional, SA, con sede en Barcelona, la empresa española que compró en China 9.000 kilos de glicerina para elaborar un jarabe expectorante, que se distribuyó gratis en 100.000 frascos por las zonas más deprimidas de Panamá. La glicerina vendida a la Seguridad Social panameña, la que ha diezmado la salud a centenares de familias pobres, contenía dietilenglicol, un alcohol utilizado como refrigerante y líquido para frenos, según señalaba ayer la página web de El País .
Entre otros, la vida de Leocadio Wegham, de 17 años, está atada a una máquina de diálisis a 12 horas de autobús desde el pueblo donde reside, en el área indígena de Boca del Toro (Panamá). Tres veces a la semana el muchacho viaja hasta la provincia de Chiriqui para someterse al tratamiento. Es la víctima más joven del jarabe de la tos asesino, que ha causado la muerte de 142 personas y miles de heridos en todo el país.
Leocadio sufrió los mismos síntomas que las otras víctimas: alteraciones del sistema nervioso, náuseas, vómitos, fallos renales agudos, lesiones hepáticas y pancreáticas, edema pulmonar e insuficiencia renal. Un cuadro que condujo a la muerte a otras 400 personas que tomaron el jarabe y cuyos cuerpos se están exhumando. «Nadie sabe cuánta gente ha muerto. Nosotros creemos que hay miles de casos», asegura Gabriel Pascual, de 37 años, presidente del Comité de Víctimas. Pascual ha perdido a su abuela, de 90 años, y a su padre, de 70, fallecido hace varias semanas. «Es el último muerto de esta tragedia», dice.
Asunción Criado, la gerente de Rasfer Internacional, SA, declaró esta semana en calidad de querellada ante el Juzgado número 24 de Barcelona. La Audiencia Nacional tramita una querella presentada por las víctimas contra ella y la empresa española por el presunto delito de imprudencia con resultado de muerte, pero la Corte de Justicia de Panamá demanda que Criado declare en su país, una petición que todavía no se ha resuelto en España. «Todos los culpables de esta cadena de errores deben declarar aquí. Se lo deben a las víctimas», reclama Pascual.
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional se pronunciará sobre la petición de extradición formulada por la justicia panameña, según confirmó Jesús Condomines, abogado de Rasfer Internacional, SA. «La petición sigue su curso, no puedo decir nada más», declara el letrado.
El pasado día 16, la gerente de la empresa española tuvo la oportunidad de facilitar su versión a la justicia española. En su declaración afirma que no sabía que el producto encargado por Medicom, un intermediario panameño, era para elaborar un jarabe para consumo humano, y que ignoraba que la glicerina TD que le enviaron desde China era sólo para uso industrial.
La responsable de Rasfer Internacional afirmó que su empresa no analizó el producto recibido desde China porque lo debe hacer el fabricante del medicamento y el de la materia prima. Y añadió que la comprobación del certificado de análisis facilitado por el distribuidor chino fue «únicamente documental». Criado señaló que los bidones con glicerina estuvieron en el puerto de Barcelona, no en las dependencias de Rasfer, y que no pidieron muestras originales.