Poniendo paredes a las ideas

celada de la vega

Es un edificio singular, de eso no hay duda. Pocos pueden ignorarlo sin más, cuando atraviesan la pequeña localidad de Celada de la Vega, en el municipio de San Justo de la Vega, por la N-VI. Se llama Casa de Descanso, y su creadora, la arquitecto astorgana Virginia González Rebollo, y su promotor, el dueño, la fueron perfilando en conversaciones y reflexiones, a veces sentados sobre la ladera que ahora sirve de asiento a la vivienda. El proyecto perseguía algunos objetivos muy claros. Uno de ellos era que el edificio se adecuara al entorno, por eso alguna de sus fachadas presenta el color rojizo de la tierra de la zona. La vivienda aprovecha dos vistas: una de la Catedral de Astorga y otra del monte Teleno. La biblioteca, de formas serpenteantes, en la que caben cien metros lineales de libros, está orientada a la primera; el gran ventanal del salón comedor, al segundo. Promotor y arquitecto trataron de no manipular el terreno, por eso parte del edificio parece volar sobre el suelo. La casa busca el sol por las tardes, para aminorar el inhóspito clima de buena parte del año. Y la parcela circundante parece casi un remedo del monte, en el que traviesas de tren funcionan como bancos. Por dentro, la casa tiene un único espacio, con una sola puerta: la del baño. «Para lograr este resultado, es fundamental que el cliente no te condicione a un aspecto único formal», explicó Virginia González, que añadió: «La idea de este espacio es que esté en un diálogo total con la naturaleza». Estos planteamientos le valieron el séptimo Premio de Arquitectura de Castilla y León, compartido con otra vivienda de Ávila, distinción que, muy pronto, recordará una placa colocada sobre la casa.